El Brujo entrena a los actores andaluces para descubrir al 'homo ludens'

'Estamos despertando al homo ludens para que ocupe el lugar del homo sapiens. Hay que potenciar la capacidad lúdica, tanto de los actores como de los espectadores', argumentaba ayer Rafael Álvarez El Brujo, quien imparte un curso en Sevilla a 18 actores andaluces. Después de tres décadas en los escenarios, El Brujo es un especialista en el lenguaje corporal con el que tan bien conecta con el público. El curso que ofrece en la sede del Centro Andaluz de Teatro (CAT) se titula Trabajo sobre la energía del actor y forma parte del programa del Centro de Estudios Escénicos que dirige José Carlos Plaza.

'El teatro occidental, excepto en la Comedia del Arte, en algunas formas del Siglo de Oro y en el clown, es un teatro del intelecto, del pensamiento; mientras que el asiático, está más conextado con esa energía pre verbal', comenta Rafael Álvarez, quien ha recorrido escenarios de todo el mundo con sus monólogos como el de Lázaro de Tormes.

El actor, director y productor, conocido por el gran público por sus trabajos en cine y televisión, se enfrenta al reto de hacer que, en cinco jornadas de unas ocho horas, los 18 actores que asisten al curso aprendan la 'memorización orgánica del texto'.

La ITV del actor

'Es como la ITV del actor. Durante cinco días se van a someter a una revisión experimental del cuerpo, la voz y la acción. Prefiero hablar de entrenamiento, en lugar de clases; porque lo que hago es aplicar los métodos basados en la Comedia del Arte, en los que el lenguaje del cuerpo es tan o más importante que el texto', aclara.

El actor sevillano Alex O'Doguerty fue el primero durante la tarde de ayer en someterse a la especial ITV que realiza El Brujo. O'Doguerty, que actualmente presenta en la sala La Imperdible de Sevilla su monólogo Y tú ¿de qué te ríes?, dejó de lado sus dotes cómicas para enfrentarse a unos versos de Don Juan Tenorio, de Zorrilla.

'El lenguaje del verso es el de los rapsodas populares, va directo al corazón. En el verso predomina el sonido, tiene una capacidad más emotiva que hace que llegue directo al corazón', explicaba ayer a sus alumnos Rafael Álvarez. O' Dogerthy repetía una y mil veces la estrofa elegida para tratar de decirla según las indicaciones del maestro: mecánicamente, con su cadencia natural, sin interpretarla, con los golpes de voz en los adverbios de lugar...

El Brujo es consciente de que en el teatro siempre ha predominado el acercamiento psicológico del personaje, a través del estudio; frente al lenguaje de la emoción, el sentimiento y el ritmo que él propone. 'Los actores con los que estoy trabajando tienen muy buen nivel. A su experiencia profesional se suma un sentido del ritmo propio de esta tierra, es un sentimiento casi atávico que potencia la conexión entre el cuerpo y la mente', asegura.

Para Rafael Álvarez, las acciones corporales con las que la mayoría de los andaluces enfatizan su discurso (gesticulación y movimientos de manos) forman parte de una tradición colectiva y los actores pueden integrarla como parte de su material colectivo siempre que las utilicen de forma consciente.