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El Supremo ve excesivo separar del servicio a un guardia civil que se emborrachó

El Tribunal Supremo considera excesivo separar del servicio a un guardia civil que se emborrachó en horas de trabajo, y apuntó con su pistola a varios jóvenes, en la localidad de Torrejón de Velasco, por lo que ha sustituido esta sanción que le fue impuesta por la de suspensión de empleo durante un año. Así lo establece la Sala Quinta de lo Militar del Alto Tribunal en una sentencia que estima en parte el recurso interpuesto por el agente contra la sanción que acordaba su separación del servicio.

Según la sentencia, 'la acción del demandante fue muy grave, porque lo es embriagarse durante el servicio, pero la sanción de separación del servicio resulta excesiva, y la sanción de suspensión de empleo durante un año, adecuada'. La sentencia tiene un voto particular de un juez, que entiende que la gravedad de la conducta del agente justifica que sea separado del servicio y 'debe calificarse de atentatoria a la dignidad de la institución a la que pertenece'.

Los hechos ocurrieron en la madrugada del 12 al 13 de octubre -día de la patrona del instituto armado- de 1997, cuando el guardia civil J. J. B. M. se encontraba de servicio como jefe de pareja y tenía encomendada vigilancia en Torrejón de Velasco, donde se celebraba el último día de fiestas. El tribunal considera probado que el agente estuvo antes de iniciar el servicio en esta localidad, donde consumió bebidas alcohólicas en compañía de su padre; posteriormente, durante la prestación del servicio y de uniforme, bebió también en dos bares desde las 23.00 hasta la 1.30 de la madrugada.

Altercado a la salida del bar

La sentencia agrega que, sobre la 1.30, J. J. B. M. presentaba síntomas externos de encontrarse embriagado, y que su auxiliar de pareja intentó infructuosamente sacarle de los referidos bares, a lo que él se negó. Así, siguió bebiendo hasta que su compañero logró convencerle tras pagar por él sus consumiciones para continuar el servicio. Al salir del bar -añade el tribunal-, debido a su estado de embriaguez, tropezaba, por lo que el auxiliar de pareja lo dejó en la puerta del local para ir a por el vehículo oficial, momento en el que se produjo un 'grave altercado' entre el agente y unos jóvenes.

Según la sentencia, el agente requirió a uno de ellos la documentación, a lo que el joven se negó argumentando que el guardia civil se encontraba borracho. Entonces, J. J. B. M. sacó su arma reglamentaria y apuntó a los jóvenes, lo que produjo que se arremolinara mucha gente. 'Mostraron gran agresividad contra el guardia, al que llegaron a agredir tirándole al suelo', concluye la sentencia, que indica que 'para evitar el linchamiento del agente y de su compañero tuvieron que acudir tres parejas de servicio'. Tras los hechos, se incoó expediente gubernativo contra el guardia civil como presunto autor de una falta muy grave. El Ministerio del Interior emitió un informe favorable a la imposición de la sanción de separación del servicio que impuso el Ministerio de Defensa.

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