Ricard Castells, dibujante de historietas
De improviso, sin que nadie lo esperara, falleció el pasado miércoles el dibujante de cómic e ilustrador Ricard Castells, víctima de un derrame cerebral.
Nacido en Barcelona en 1955, Castells, a pesar de la juventud con la que le sorprendió la muerte, desarrolló una larga carrera de casi treinta años, en la que siempre optó por el riesgo narrativo y gráfico y por la opción de autor en un medio de precariedad comercial. En estos momentos, y tras haber colaborado como ilustrador o como historietista en numerosas publicaciones, entre las que se encuentran Dossier Negro, El Ojo Clínico, El Viejo Topo, Medios Revueltos, Penthouse, Plaboy, Star, Cimoc y Cavall Fort, había empezado a lograr su reconocimiento gracias a la labor de las llamadas editoriales independientes.
En la 17ª edición del Salón del Cómic de Barcelona le fue concedido el premio a la mejor obra de 1998 por su álbum Lope de Aguirre. La expiación, publicado por la editorial alicantina Edicions de Ponent, con guión de Felipe Hernández Cava. El libro obtuvo, asimismo, el premio al mejor guión. Recientemente, otra de las indenpendientes, la madrileña Sinsentido, le había publicado Huracán. El guardián del mercurio, cómic basado en la novela Huracán, escrita por Carlos León y editada por Plaza y Janés. También en Sinsentido apareció Poco, un estremecedor y tierno relato que fue publicado por primera vez en el mercado japonés. Poco fue la grata y sorprendente consecuencia del interés que tuvo la editorial japonesa Kodansha en reclutar autores europeos a principios de la década de los noventa. Esta historia de una niña y un vampiro tuvo continuidad en El jardín de la Luna. Poco 2.
Ricard Castells fue un batallador de la historieta de autor, que resistió hasta puntos que no aguantaron sus compañeros generacionales, muchos de los cuales optaron por caminos profesionales más lucrativos. Su trayectoria también incluye magníficas obras colectivas como el álbum publicado por Ikusager en 1989 Norte-Sur, en el que compartía protagonismo, entre otros autores, con el gran maestro de la historieta internacional Alberto Breccia. Para la realización de la historia de este libro, titulada Dos estados de una unión, con guión de Antonio Altarriba, empleó anilinas, collage, purpurina, ceras, rotulador, lápiz y pastel, lo que da cuenta de la amplitud gráfica, en algunos casos de vocación pictórica, que empleaba en sus viñetas.
Ricard Castells será incinerado hoy en el cementerio de Montjuïc, tras celebrarse el funeral a las 11.15 en el tanatorio de Les Corts.
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