Antipeatonal y antiambiental
Permanentemente hay que insistir en que se eliminen esos aparatosos vehículos con los que se está invadiendo Madrid en sus aceras, plazas y paseos. Y con el agravante del coste de millones de pesetas del bolsillo de los contribuyentes que cada uno de tales cargantes artefactos tiene y de cuya contaminación acústica, lumínica y espacial debe librársenos.
Lo que se pretende que hacen semejantes tanquetas antipeatonales y antiambientales, tan pesadas, torpes y fastidiosas (con todo esto también para sus operarios), queda, en realidad, mucho mejor con los medios de barrido sencillos, ligeros y no contaminantes y que, además, se adaptan mejor a las propias aceras, sus juntas con muros, paramentos y calzadas, alcorques de árboles, etcétera.
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