Cita en Córdoba

La convocatoria del sector crítico de Izquierda Unida fijada para el próximo domingo día 20 en Córdoba viene a significar todo un revulsivo en la vida interna de esta organización, en plena fase de recuperación, tras decidir, de una vez por todas, enterrar la pinza que había articulado tiempo atrás con el PP en Andalucía.

La cita se convierte en uno de los principales acontecimientos políticos de la semana y puede que, al final, se vea desprovista de la fuerza inicial con la que la fraguaron sus principales promotores, entre ellos, la parlamentaria sevillana Concha Caballero. La ausencia de la alcaldesa de la ciudad anfitriona, Rosa Aguilar, le resta, no obstante, la relevancia que buscaban dado el valor creciente que está adquiriendo la edil en el mismo seno de la federación y en el panorama político cordobés y andaluz.

Las advertencias del secretario general del PCA, Felipe Alcaraz, sobre el riesgo que se corre de arruinar las pocas expectativas que están surgiendo con estas divergencias internas o las palabras del responsable institucional de IU, Willy Meyer, desmarcando del encuentro a Aguilar y haciendo valer la bondad del acuerdo suscrito con el PSOE para las cajas de ahorro, dan cuenta del nuevo camino que parece haber emprendido los izquierdistas, un rumbo distinto que no gusta a aquellos que han sido los principales artífices de extraños acuerdos municipales con el PP con tal de dañar a los socialistas.

Pero para convocatoria la que tienen ante sí los populares a las puertas ya de su congreso nacional. Sorprende el escaso protagonismo que está jugando el PP andaluz en el debate previo a pesar de que constituye, por su número de afiliados, la representación de mayor peso específico. Por no tener, ni siquiera se mojan en rechazo o a favor de la propuesta de Francisco Álvarez Cascos sobre la limitación del mandato presidencial. Una mudez que resulta difícil de explicar a no ser que, efectivamente, estemos ante una simple táctica para no incomodar a los superiores y, sobre todo, para no romper la coherencia interna de la delegación andaluza. Aunque claro está, la ocasión se presenta idónea para calibrar en estos días la posible influencia que haya podido lograr el actual ministro de Fomento en Andalucía en contraposición al secretario general, Javier Arenas. Con toda probabilidad, nadie se moverá porque si no, sin duda, no saldrá en la foto.

Sin embargo, la realidad no invita a la tranquilidad, sino todo lo contrario, máxime si se tienen en cuenta los primeros datos que se van conociendo de la macroencuesta realizada por el Instituto de Estudios Sociales de Andalucía.

Sin novedades

Integrada por más de 3.000 entrevistas personales indica un crecimiento nítido del PSOE en todas las provincias y un descenso, en cambio, del PP, circunstancia que hasta ahora no se daba. En cuanto al resto de fuerzas políticas, el sondeo no ofrece especiales novedades con respecto al PA e IU. Sí, por contra, resulta destacado el capítulo de valoraciones de líderes, sobresaliendo un incremento de la estimación que se tiene del presidente andaluz, Manuel Chaves, y un descenso de Teófila Martínez, que observa, eso sí, cómo aumenta su grado de conocimiento por parte de los encuestados. Además, en tres provincias, Sevilla, Huelva y Jaén, el avance del PSOE es especialmente singular, por lo que se puede interpretar que la polémica de las cajas no ha tenido una repercusión negativa para los socialistas.

La encuesta, efectuada en el periodo comprendido entre noviembre y diciembre, aún se está ultimando en estos días para su inmediata presentación ante la sociedad andaluza. No se llega a percibir en la misma todavía los efectos de la división interna de los andalucistas.

Precisamente, el sábado se celebra el consejo nacional del PSA que lidera Pedro Pacheco. Un cónclave que será el punto de partida para la creación del debido armazón orgánico que requiere esta formación. Una tarea que concluirá allá por el mes de marzo con los ocho secretarios provinciales ya elegidos.