El humor de Jesús Campos y el juguete cómico de Paco Mir, entre las joyas de la cartelera

La tradición que existía de las presentaciones teatrales el Domingo de Resurrección parece haberse trasladado a estas fechas. A los últimos estrenos se suma la obra Entrando en calor, de Jesús Campos, que llegó anoche al Galileo Teatro, o Los sobrinos del Capitán Grant, de Fernández Caballero, que arrasa en el teatro de la Zarzuela. En los próximos días aterrizarán en la cartelera destacados nombres del teatro español, como Els Joglars y su ínclito director, Albert Boadella, al teatro Albéniz; Jesús Cracio, al Alfil; Helena Pimenta, a la Comedia, o Adrián Daumas, al Círculo de Bellas Artes.

Entrando en calor es una obra que su autor, Jesús Campos, tiene previsto estrenar una vez cada década. Ayer lo hizo en el Galileo con los actores Pepa Sarsa y F. M. Poika. Escrita en 1985 y estrenada por primera vez en 1990, su título ambiguo hace referencia tanto al calentamiento que puede producirse en los cuerpos de dos personas por una actividad sexual o el que producen ciertas catástrofes.

'El reponerla mientras viva se debe a que aunque estoy convencido que no va a ocurrir ninguna catátrofe similar a la de la obra, ello no quiere decir que no haya que trabajar para que no ocurra', dice Campos, quien una vez más sitúa su obra en un realismo que se mueve entre el sainete y teatro del absurdo, una constante de su dramaturgia.

'Esta obra podría ser un juguete cómico en clave de humor negro, de no ser por el drama, tal vez tragedia, que se oculta bajo la, en apariencia, intrascendente realidad', señala el autor sobre su obra, en la que el sexo es un elemento fundamental, 'los personajes luchan por practicar un sexo que no tiene fin alguno, ni por placer, ni por procreación'. Como telón de fondo, la metáfora que envuelve toda la obra y que no es otra, según Campos, que la catástrofe que nos amenaza debajo de un mundo envuelto en papel de chocolatina.

El renovado Galileo Teatro, que esta temporada inició una nueva andadura de la mano del director Manuel Canseco, demuestra una vez más su clara vocación por un teatro de autor. Ahora le toca el turno a Jesús Campos, dramaturgo, director y escenógrafo al que se programó, por parte de este teatro, antes de que se le galardonara con el Premio Tirso de Molina 2001 y el Premio Nacional de Literatura Dramática 2001.

'La función habla de catástrofes generales y catástrofes ocultas, pero sobre todo es un intento de reírse de la realidad y ocultarla, aunque al final la realidad se impone sobre todo', dice Campos, quien recuerda que el montaje estaba en marcha antes del 11 de septiembre. También afirma que no hay crisis de autoría dramática: 'Hay crisis en los ojos que nos miran; no hay criterio a la hora de hacer una criba y descubrir los posibles éxitos, como en Francia o Inglaterra; aquí hay un problema de vagancia y es una pena, porque se vería quién tiene buen criterio y quién no'.

La comicidad de Millán

Por otra parte, es de destacar que el montaje que Paco Mir (el calvo de El Tricicle) ha realizado de la zarzuela Los sobrinos del Capitán Grant, con música de Manuel Fernández Caballero y libreto de Miguel Ramos Carrión, está cosechando un sonado éxito en el teatro de la Zarzuela. Esta novela cómico-lírico-dramática, basada en la obra de Julio Verne Los hijos de Capitán Grant, cuenta con elementos de primer orden:la Orquesta de la Comunidad de Madrid, el Coro del Teatro de la Zarzuela, 12 bailarines, 12 figurantes, 24 actores y cantantes, Miguel Roa como director musical y dos populares actores cómicos como son Millán Salcedo (Martes y Trece) y Soledad Mallol (Las Virtudes) en los personajes de Mochila y la portera. El desternille está asegurado.