"Siempre he querido disfrazarme de hombre"

No es ésta la primera vez que la actriz estadounidense Mira Sorvino (Tenafly, Nueva Jersey, 1967) interpreta dos papeles en una misma película, ya lo hizo en Lulu on the bridge, de Paul Auster, pero en El triunfo del amor, estrenada el viernes en España, el reto es aún mayor. En este filme, que dirige Clare Peploe y produce el marido de ésta, Bernardo Bertolucci, encarna a una mujer y a un hombre. Sorvino es Leonide, una princesa que usurpa el trono del príncipe Agis (Jay Rodan), y también el joven Phocion, personaje que se inventa para llegar al corazón del noble, del que se ha enamorado.

La actriz, ganadora de un oscar primerizo por su trabajo en Poderosa Afrodita, de Woody Allen, se ha volcado en El triunfo del amor -basada en una comedia del siglo XVIII firmada por el dramaturgo francés Pierre de Marivaux-, cinta muy especial para ella, ya que le proporcionó la satisfacción de ver cumplidos dos de sus sueños profesionales: enfrentarse a un papel masculino y rodar en Italia, país de sus ancestros.

'Rodar en Italia fue para mí como un verdadero regreso espiritual al hogar'

Lo ha contado en una conversación a través de Internet mantenida con este diario. 'Siempre había querido un papel en el que tuviera que disfrazarme de hombre', confiesa la actriz. 'En cierto sentido', añade, 'el mayor desafío que puede abordar un actor es imitar los modales del sexo opuesto'. En cuanto a la experiencia de rodar en tierra italiana, la mayor parte del tiempo en la bella ciudad medieval de Lucca, Sorvino asegura que fue 'un verdadero regreso espiritual al hogar'. 'Me conmovió visitar los lugares donde nacieron mis antepasados, y tuve una impresión curiosa: cosas que veía por primera vez me resultaban familiares. Todo ello contribuyó a que, a mi regreso a casa, me planteara seriamente estudiar italiano', afirma esta actriz políglota, que, además del inglés, habla francés, se defiende en español y domina el chino, lengua que estudió en Harvard y que perfeccionó en Pekín, ciudad en la que vivió durante un año.

Sorvino siempre prepara a conciencia sus papeles, pero en El triunfo del amor el entrenamiento fue duro. 'Trabajé el texto en francés con el prestigioso experto en dramaturgia francesa Jean-Pierre Martino, con el fin de captar las intenciones originales de Marivaux; también aprendí la conducta cortés de la época en la que se sitúa la trama, tanto la del hombre como la de la mujer, y finalmente invertí varios meses en poder reproducir el acento británico', recuerda. Pero, sus deberes no acabaron ahí. 'Para construir el personaje del Phocion estafador y de ademanes ridículos utilicé como referencia algunos modelos masculinos que tomé del cine y la televisión, mientras que encontré a Leonide en alguna parte de mi interior', remata la protagonista del filme.

Aunque le divirtió dar vida al muchacho -lo que sucede la mayor parte del largometraje-, Sorvino no oculta su simpatía por la princesa: 'La personalidad masculina de Leonide tiene patente de corso para hacer lo que quiera, incluso para dañar a los demás, y eso la hace sufrir. Durante el rodaje, más de una vez le dije a Clare: 'Realmente Phocion es una persona terrible', pero disfruté interpretándolo, si bien he de admitir que con el papel de la princesa sentí verdadero placer. Era como estar dentro de un cuento de hadas'.

La historia que cuenta El triunfo del amor y la oportunidad de colaborar con Bertolucci fueron otros alicientes decisivos para que Sorvino se decidiera a participar en el filme, además de ser dirigida por Peploe -'quedé muy impresionada cuando la conocí'-, cineasta que le parece 'extremadamente sensible, inteligente y con un gran talento artístico'. La actriz encuentra el argumento de la película profundamente moderno. 'Expone', dice, 'algunas de las más relevantes y turbadoras cuestiones que nos planteamos aún, como '¿debemos ser indulgentes con quienes ultrajan a los demás?, ¿hasta dónde es lícito llegar en el amor y en la guerra?, ¿el fin justifica el medio?, ¿hemos perdido la capacidad de enternecernos?', etcétera'.

Puede ser casualidad que Sorvino le haya encontrado gusto a trabajar con italianos, pero el hecho es que acaba de rodar Between strangers a las órdenes de Edoardo Ponti, hijo de Sophia Loren, actriz con la que comparte cartel.