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COYUNTURA INTERNACIONAL

Cero patatero

La economía israelí registra un crecimiento nulo en el año 2001

En 2000, la economía de Israel registró el crecimiento más rápido de su historia, pero en 2001 tuvo el menor crecimiento en medio siglo debido a la caída de la demanda de productos tecnológicos y a que los atentados terroristas palestinos ahuyentaron a los turistas. Y los analistas temen que, a causa del recrudecimiento de la violencia, el año 2002 podría no ser mucho mejor.

Los economías esperan que el crecimiento del Estado de Israel haya disminuido a casi cero en el año 2001. La tasa de paro aumentó hasta el 9,3% en el tercer trimestre, la mayor en los últimos tres años. Un panorama muy sombrío, especialmente si se compara con el balance de 2000, cuando la economía creció un 6%, impulsada por las empresas tecnológicas de reciente creación, como Compugen, que produce software para analizar el ADN, y el fabricante de equipo inalámbrico Breezecom. Y, por si fuera poco, parece que este año será casi tan malo como el anterior: hace poco, el Ministerio de Finanzas redujo su previsión de crecimiento para 2002 desde el 4% al 2%.

Las compañías de ordenadores y telecomunicaciones más importantes, como Comverse Technology, Gilat Satellite Networks y ECI Telecom, despidieron a miles de ingenieros y programadores debido al desplome de las ganancias. Paralelamente, Dan Hotel y otras cadenas hoteleras echaron a 15.000 trabajadores y se espera que eliminen más empleos este año.

El peor momento

'Podríamos encontarnos en el peor momento de un desastre social y económico', se teme Oded Tyrah, director de la Asociación de Manufactureros de Israel, país en el que se abrió el mayor número de empresas tecnológicas fuera de EE UU en 2000. Esas nuevas compañías contribuyeron a la mitad del alza del PIB, pero en 2001 la inversión de riesgo cayó un 76%.

Las cosas ya estaban mal antes de que empezara el año 2001, tras la caída del 50% del índice Nasdaq desde el nivel máximo que alcanzó en marzo, afirma Julie Zuckmann, que cofundó Yazman, una compañía de capital riesgo que captó 74 millones de dólares y que terminó vendiéndose por 22 millones.

La única ventaja en aquellas fechas era la estabilidad del shékel. Aunque la lira turca y el rhand surafricano se desplomaron, la moneda israelí mantuvo su valor frente al dólar porque las tasas de interés permanecieron altas en comparación con la de Estados Unidos. Eso mantuvo la inflación bajo control y evitó una crisis financiera.

No obstante, la caída de las empresas tecnológicas y el aumento de la violencia obligó al Hapoalim, el mayor banco israelí por activos, y a sus competidores a destinar varios millones de dólares para cubrir el esperado aumento de los impagados.

El turismo, por su parte, cayó a los niveles más bajos de los últimos diez años, desde el récord alcanzado cuando Juan Pablo II peregirnó a Tierra Santa. Y, aunque la economía estadounidense se recupere en 2002, las empresas israelíes esperan que los beneficios sean limitados si no se soluciona el conflicto en Oriente Próximo y continúa la violencia.

Por si acaso se cumplen estas sombrías previsiones, el Gobierno de Jerusalén acaba de aprobar un recorte presupuestario de 6.300 millones de shékels (unos 1.500 millones de dólares) y que supone limitar las ayudas familiares, las pensiones de la seguridad social y el salario mínimo. También contempla un recorte del 3% en los gastos ministeriales y de la Knéset (Parlamento), el aplazamiento de la rebaja de las tasas universitarias y un 6% de reducción de las aportaciones a los ieshivot (seminarios).

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