Alfonso Ungría convierte en 'western' la historia de un triángulo amoroso
El director estrena mañana 'El deseo de ser un piel roja'
José Sancho sólo tiene un objetivo: dinamitar una central nuclear enclavada cerca de su pueblo. Con ese fin recorre España junto a Marta Belaustegui y Miguel Hermoso Arnao. Los tres son actores en El deseo de ser un piel roja, película de Alfonso Ungría que se estrena mañana. 'Hablamos de los mismos problemas que en los western, la dignidad y la amistad, temas que siguen presentes entre las nuevas generaciones', indicó Ungría.
'Si uno pudiera ser piel roja, siempre alerta, cabalgando sobre un caballo veloz, a través del viento, constantemente sacudido sobre la tierra estremecida hasta arrojar las espuelas, porque no hacen falta espuelas, hasta arrojar las riendas ...', escribió Franz Kafka en su texto El deseo de ser piel roja. Palabras que resumen el espíritu de vida de Abel (José Sancho), quien las pronuncia al finalizar el filme, y que han servido de referente a Ungría cuando elaboró el guión: 'El cuento simboliza a la perfección la necesidad de libertad y dignidad que une a los personajes'.
'En una España que va tan bien, por sentido de libertad, se necesita presentar personajes como el de Abel, un mercenario y un vividor, que no se ha realizado como persona y que intenta romper con todo', afirmó el director ayer en la presentación de la película. Lo mismo opina el actor que lo interpreta, José Sancho: 'Me gusta mi personaje, que no está contento con la vida y que ha decidido tomar una decisión inquebrantable. Yo no la he tomado, algo que haré pero de manera más suave', aseguró, antes de aconsejar a todos hacer lo mismo. El actor estrenará este mes en teatro Enrique IV, de Pirandello, con puesta en escena de José Tamayo.
'Mi personaje, Martín, es un lobo que ha perdido el instinto, y vaga hasta que se engancha a Abel, otro lobo con olfato, se enamora de Ana y revive', cuenta Miguel Hermoso. 'Esta película demuestra que hay que cuestionarse las cosas, no tener miedo a los dilemas morales', añadió el actor que estrenará en Madrid este mes La prueba, de David Auburn, con dirección de Jaime Chávarri.
Martín ya había sido el protagonista de la anterior película de Ungría, África. En aquella ocasión un joven, interpretado por Zoe Berriatúa, descubre las reglas del amor, el sexo y el odio. 'Quiero retratar cuatro etapas de la vida de Martín. En África hablé de su adolescencia, en ésta aprende a través de su maestro, luego pretendo hacer una en la que tenga cuarenta años y, por fin, otra como anciano', cuenta el realizador. 'Ya me tienes a mí madurito', se postuló para el papel Sancho.
Ana, continúa Ungría describiendo, 'sin ser quien dirige la diligencia de este western, desencadena la lucha entre los dos hombres. Domina el conflicto por abajo, sin pasiones melodramáticas y es tan marginal como los otros dos'. 'Una mujer que ha tocado fondo y que decide un día amar con pasión a ambos', completa el retrato Marta Belaustegui, quien planea dirigir un documental.
Retraso en el estreno
El deseo de ser piel roja, que ha costado 1,6 millones de euros (unos 270 millones de pesetas) y que ha sido producida por Cartel y Creación, está localizada en Tánger, la Costa del Sol, Murcia, Palencia y Cantabria. 'Rodar en Marruecos fue complicado, sobre todo en la calle, porque la gente se arremolina, pero contamos con la colaboración de un servicio marroquí', señaló.
El estreno del largometraje, terminado en abril, estaba previsto para noviembre, pero los sucesos del 11 de septiembre lo retrasaron.'Algunos pensaron que la explosión de la fábrica que hay en la película tenía cierto paralelismo con los atentados y podía herir sensibilidades', apuntó Ungría que aún sigue perplejo.
Babelia
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