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MULTIMEDIA

Un nuevo sistema de microcintas permite miniaturizar las videocámaras domésticas

El formato MicroMV presentado por Sony ofrece calidad digital y conexión a un ordenador para editar las imágenes. La primera cámara de la familia debe competir con equipos de menor precio

Son pequeñas como el ratón de un ordenador y graban con calidad digital. El mercado de videocámaras ha incorporado un nuevo formato de vídeo doméstico, el MicroMV de Sony. Un sistema de consumo que reduce hasta la mínima expresión el tamaño de estos equipos.

El motivo fundamental que lleva al aficionado a comprar una videocámara es conservar determinados acontecimientos personales (vacaciones, fiestas familiares) con la mejor fidelidad posible. La resolución, color, nitidez y constraste de la imagen son tan importantes como la limpieza del sonido. Los compradores también quieren que los equipos pesen poco y sean manejables. Y, sobre todo, que no perjudiquen excesivamente a la economía personal.

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Para miniaturizar el tamaño de las cámaras, los ingenieros de Sony han aplicado una drástica reducción del tamaño de la cinta. Las nuevas videocasetes son más pequeñas que una cajita de cerillas (46 x 30,2 x 8,5 milímetros). Es decir, son un 70 % más pequeñas que las actuales videocasetes Mini-DV, las más diminutas hasta la fecha.

Reducir la superficie de grabación podría ir en detrimento de la calidad de la imagen. Para mantenerla de forma aceptable, las nuevas cámaras adoptan el estándar de compresión MPEG2 (Moving Pictures Expert Group). Es el mismo sistema empleado en las emisiones de televisión digital y en los DVD. Estas microcasetes almacenan una hora de vídeo con una resolución de 500 líneas (la televisión normal da 625 líneas).

Digitalización del mercado

El nuevo formato MicroMV nace en plena digitalización del parque instalado de cámaras. En los últimos años, se ha observado un interés creciente de fabricantes y consumidores por aumentar la calidad de las cámaras digitales. El sistema DV (Digital Video) fue el primero que apareció en el mercado (1997) con grabación digital de imagen y sonido, algo que facilita totalmente el posterior proceso de edición.

Hasta la aparición de las MicroMV, las videocámaras DV eran las más ligeras y cómodas del mercado. Antes, los sufridos aficionados cargaban equipos analógicos que superaban el kilo de peso; en comparación con el sistema DV, unos armatostes. Las DV más pequeñas no llegan a pesar ni medio kilo y caben en el bolsillo de una cazadora. El primer modelo de la familia MicroMV, la videocámara Sony DCR-IP5, riza el rizo: apenas pesa 310 gramos.

Los fabricantes han ido mejorado todos los productos, pero no siempre han conseguido mantener el equilibrio entre prestaciones, calidad y precio. Por ejemplo, el mayor problema del formato DV es su precio: los modelos más económicos rondan las 150.000 pesetas. Por este motivo, Sony lanzó a finales de 1998 el Digital8, un formato digital de similar calidad al DV pero que permite fabricar cámaras más asequibles.

Entre las ventajas del nuevo sistema MicroMV está la mayor conexión con ordenadores personales para la posterior edición de las imágenes. Pero como todo el que comienza, por ahora es un sistema caro. La cámara Sony DCR-IP5 sale por 359.000 pesetas, más otras 2.000 pesetas por cada cinta MicroMV que se adquiera.

Otro de los formatos que ha entrado con fuerza en el mercado es el Digital8, que también ofrece 500 líneas de definición de pantalla (como las películas en DVD) y el sonido de 16 bits (idéntico al de los discos compactos). Además, el Digital8 permite reproducir las cintas grabadas con videocámaras antiguas de 8 mm y Hi8 e incluso pasarlas de analógico a digital para preservar las grabaciones analógicas del envejecimiento y, por tanto, evitar una posible pérdida de las imágenes.

Otra virtud es que para sus grabaciones digitales el Digital8 emplea videocasetes Hi8. Gracias a este detalle, desde el principio el consumidor encontró cintas para sus nuevas cámaras en cualquier tienda y a precios razonables. No hay que olvidar que, cuando surge un nuevo formato de cámaras, al principio las cintas suelen ser muy caras y escasean en los escaparates de las tiendas.

Mayor rendimiento de la edición por ordenador

El nuevo formato para cámaras MicroMV ofrece portabilidad, calidad y algo más. Entre las aportaciones del sistema destaca su facilidad de comunicación con los ordenadores para trasladar las imágenes y editarlas. La Sony DCR-IP5 incluye un conector estándar USB y otro todavía más rápido llamado iLink (también conocido como IEEE 1394 o FireWire); este último enlace de alta velocidad ya está presente en los ordenadores Mac y poco a poco se irá incorporando en los PC compatibles. Además, el sistema de compresión MPEG2 reduce las necesidades de disco duro. Sobre todo si se compara con los volcados de vídeo desde cámaras DV, por ejemplo. Las cámaras MicroMV incluyen el software de edición MovieShaker, que permite organizar las secuencias de cualquier grabación e incorporarle transiciones, efectos especiales, doblaje de sonido o música de fondo. Para manejar las secuencias grabadas desde un PC, bastaría combinar cámara y ordenador con una tarjeta de edición de vídeo de nivel medio como las que comercializa Pinnacle. Las cintas almacenan información útil (título, fechas de las grabaciones, etcétera). El acceso a cada una de las secuencias almacenadas es muy rápido. Un sistema de búsqueda multiimagen presenta hasta 11 pantallazos, uno por cada secuencia grabada, nada más introducir la cinta en la cámara. Para acceder a cualquiera sólo hay que señalarla y, en menos de cuatro minutos, la máquina será capaz de dar una vuelta a toda la cinta si es necesario. El equipo incluye lentes Carl Zeiss, un capturador de imagen amplio, varios zoom, visor de precisión y monitor de cristal líquido. El sistema infoLITHIUM informa sobre el estado de la batería, que tiene una autonomía máxima de 170 minutos.

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