La paradoja
Cuando en sexto curso de EGB mi profesor de valenciano me intentaba explicar la necesidad de hacer justicia ante una lengua (el castellano) que nos había sido impuesta, dos preguntas rondaban mi cabeza ¿cómo debe sentirse uno cuando le imponen una lengua? ¿cómo es que este profesor que encabezó las manifestaciones anti-obligatoriedad de la enseñanza del valenciano está ahora impartiéndolo? Cuando comencé a 'empollar' en contra de mi vocación personal, por imperativo laboral si se prefiere, para los exámenes del Mitjá (ya superado), porque así me lo impone la ley para que pueda seguir desarrollando mi trabajo como docente encontré, tristemente, la respuesta. Sin embargo otras preguntas me surgen: ¿no era obligar a leer El Quijote la forma mas segura de hacer que el alumno lo deteste antes siquiera de conocerlo? ¿después de éstas que obligan a acreditar su conocimiento, habrá leyes que impongan su uso para evitar la paradoja de que acabase siendo la lengua mas conocida y la menos usada? si como creo a una Lengua hay que amarla, ¿de qué sirve lograr un amor impuesto? ¿Habrá que distinguir entre infieles, bautizados, creyentes, conversos y practicantes? ¿estarán marcados nuestros expedientes, nuestras chaquetas? ¿Es que nunca aprenderemos?
Y que conste que hasta hoy todas las lenguas merecían mi más absoluto respeto, consideración y apoyo a su desarrollo natural. Es triste, este flaco favor que se les hace al valenciano y a El Quijote cuando se imponen. Despues vendran las justicias y las revanchas, los rencores y los usos de las Lengua como armas arrojadizas y el tiempo pondrá cada cosa en su sitio, hagamos lo que hagamos, nos guste o no.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Finabien Paisano: las claves del programa dirigido a migrantes que envían remesas
El Valencia Basket, muy incómodo en Israel, cede ante el Maccabi
Estados Unidos sanciona a 29 buques de la “flota fantasma” iraní y endurece la presión sobre Teherán y Venezuela
El Athletic sufre en Ourense y el Burgos se carga al Getafe
Lo más visto
- Los hijos de Isak Andic negocian un acuerdo para pagar 27 millones a la pareja del empresario y cerrar el conflicto por el legado
- Irene Escolar: “Si la gente se droga es porque encuentra en ello una anestesia que necesita. Negarlo es absurdo”
- El Supremo condena a ‘Okdiario’ y a Eduardo Inda por intromisión en el honor de Iglesias al acusarle de cobrar de Venezuela
- La población de pumas de la Patagonia se dispara gracias a una presa inesperada: los pingüinos
- La asociación mayoritaria de guardias civiles no está de acuerdo con la DGT en sustituir los triángulos por la baliza V16




























































