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El 70% de los necesitados que atendió Cáritas en 2001 eran inmigrantes

Gispert detecta una nueva pobreza ligada a la falta de documentación

Cáritas Diocesana de Barcelona ha atendido a lo largo del año 2001 a 25.000 personas sin recursos, de las que el 70% eran inmigrantes extranjeros, frente al 52% en 2000, según datos facilitados por la directora de esta organización, Núria Gispert, que advierte de la emergencia de una nueva marginación asociada a la falta de documentos. 'No soy socióloga, pero creo que está surgiendo una nueva pobreza asociada a la inmigración y esto sólo puede solucionarse si se dan papeles', asegura Gispert.

Según las cifras provisionales de las que dispone la organización, Cáritas habrá atendido entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2001 a unas 25.000 personas, un 35% más que el año pasado. El porcentaje de inmigrantes que acuden a sus dependencias en busca de ayuda va subiendo cada año de manera espectacular y Cáritas ha tenido que contratar en el último año nueve personas para poder prestar atención a la población extranjera.

En 1998 los inmigrantes representaban el 21% del total de la población atendida por Cáritas, en 1999 este porcentaje subió al 31% y el año pasado la proporción de extranjeros se sitúo ya en el 52%. Núria Gispert explica que los inmigrantes que se encuentran en el umbral de la pobreza son sobre todo personas sin regularizar que, por falta de documentación, no pueden encontrar empleo ni alquilar una vivienda. 'En este momento hay en Barcelona ciudad unas 40.000 personas sin documentación, con todo lo que esto supone', explica Gispert, 'y quedan aproximadamente unos 30.000 expedientes pendientes de resolver en la Subdelegación del Gobierno'. La directora de Cáritas considera que con la actual ley es casi imposible que se decrete una nueva regularización extraordinaria, 'por lo que', añade, 'pediría una revisión de todos los papeles que se están rechazando'.

'Los empresarios dicen que en el mercado laboral catalán se necesitan 36.000 personas, la Generalitat habla de 16.000, entonces ¿por qué no se pueden dar papeles?', se interroga Núria Gispert.

En los últimos dos años, según alerta la directora de Cáritas, se ha incrementado de forma significativa la llegada de inmigrantes latinoamericanos a la ciudad, y este fenómeno ayuda a explicar también el aumento del número de personas sin recursos que acuden a la organización caritativa. Según Gispert, los inmigrantes centroamericanos 'son gente muy religiosa y se sienten escarmentados porque han sido engañados. Lo único que les da seguridad es la Iglesia y por eso suelen dirigirse a las parroquias', explica.

En este contexto, la responsable de Cáritas de Barcelona ha hecho un llamamiento a las administraciones para que pongan en marcha un sistema de alojamiento para los inmigrantes recién llegados, la mayoría de los cuales se encuentran en una situación de gran vulnerabilidad mientras se decide si tienen derecho a regularización o deben ser expulsados.

Núria Gispert, no obstante, considera contraproducente crear grandes albergues. 'De la misma manera que en su momento se suprimieron los manicomios y los hospicios, creo que lo que se debería hacer es habilitar pisos repartidos por toda Cataluña para poder alojar a estas personas que, cuando llegan, no saben adónde ir', sostiene. Cáritas, según Gispert, está dispuesta a gestionar junto con otras organizaciones no gubernamentales este tipo de alojamientos, siempre que la Administración autonómica y la central se pongan de acuerdo sobre su financiación.

La directora de la organización caritativa de la diócesis barcelonesa ha querido dejar claro que aunque haya aumentado la población inmigrante que acude a sus oficinas, en ningún momento han dejado de atender a la población autóctona, que ahora sólo representa el 30% de las personas que se dirigen a Cáritas en busca de ayuda.

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