De los políticos, los incentivos y la exigencia
Pregunta. ¿Los políticos de hoy en día tienen menos preparación?
Respuesta. No le voy a contestar directamente, pero mi reflexión es que España no se ha hecho nunca un debate serio sobre la política. No se hizo en la transición, porque lo queríamos era resolver bien el paso de la dictadura a la democracia.
P. ¿Y fue un error?
R. No, pero se hizo multitud de renuncias. Pasamos de los partidos clandestinos a los partidos talismán, que tienen la solución de todos los temas, sin un debate público profundo. En Inglaterra, Francia o Alemania se ha producido lo que los modernos llaman el pacto republicano por la política, donde los partidos comparten unos fundamentos de por qué están comprometidos por la democracia, porqué son instrumentos insustituibles y cómo se les controla. Han llegado a un equilibrio.En España no y tenemos un actitud ante la política que les lleva a los políticos a mantener una posición vergonzante... En este país no se puede hablar de retribuciones ni de incentivos.
P. ¿Cobran poco los políticos?
R. No está equilibrado el nivel de incentivos con el de exigencia. Aquí se han hecho las leyes de incompatibilidades a golpe de escándalos. Yo creo que tiene que quedar muy clara la separación entre los intereses privados y públicos, pero eso tiene que estar absolutamente en proporción con los incentivos, porque si no estás expulsando de la vida política a los mejores. Un político tiene que entregar su declaración de bienes, de intereses, de patrimonio... Tiene limitaciones para el desarrollo de su profesión cuando deja la política.
P. ¿Deben rebajarse las exigencias de la ley de incompatibilidades?
R. El pacto republicano que se podría hacer es dar garantías a los ciudadanos de que sus políticos no roban, de que desempeñan su función honestamente, a cambio de un sistema de incentivos que permita que los mejores se pueden dedicar a la acción política. Si partimos, como yo parto, de que la política es una actividad civilizadora. Cuando uno habla de la política, el simplismo lleva a decir que si el debate es si los políticos deben ganar más. Yo creo que algunos, sí, y opino que el político que más debe ganar en España es el presidente del Gobierno y a partir de ahí establecer una escala razonable. Pero de lo que hay que hablar es de la política en su conjunto: del incremento de la participación, de la limitación de mandatos, de las primarias, de los derechos de los afiliados, de fortalecer los elementos de control del Parlamento, cediendo instrumentos que ahora están en poder del Gobierno... Todas estas cosas algún día habrá que hablarlas en este país, sin demagogia y con franqueza.
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