Maragall califica de 'estafa moral' que nadie dimita tras la tempestad
'Los errores se deben pagar', dice el líder del PSC
Pasqual Maragall consideró ayer una 'estafa moral' para Cataluña que ningún responsable del Gobierno catalán presentara su dimisión tras admitir los errores logísticos detectados durante el temporal de frío y nieve de este mes de diciembre. A pesar de referirse al consejero de Interior, Xavier Pomés, el líder del Partit dels Socialistes (PSC) quiso apuntar más arriba en la escala gubernamental y aludió al conseller en cap, Artur Mas, por ser el encargado de coordinar la política del Ejecutivo autónomo.
'Si a la constatación de las equivocaciones no le sigue la dignidad de la admisión de sus consecuencias personales, se incumple una obligación no escrita, que es la de garantizar a los ciudadanos que los errores en la vida pública se pagan como en la vida privada. Que la vida pública no es un cielo en la tierra ni un asunto sin riesgo'. Maragall respondió así, en su mensaje de fin de año, a la negativa de Pomés a asumir su responsabilidad por los fallos de coordinación durante el temporal más allá de su voluntaria comparencia ante el Parlament el pasado jueves y emprender las reformas necesarias en los servicios de emergencias de la Generalitat. Para Maragall, no son 'suficientes' las explicaciones parlamentarias dadas por Pomés ni por Antoni Subirà, consejero de Industria.
Tras la negativa de Convergència i Unió y de sus aliados del Partido Popular de constituir una comisión de investigación sobre la nevada, los socialistas van a redactar un informe sobre la actuación del Ejecutivo catalán aquel fin de semana. Será a partir de las conclusiones del documento cuando el PSC, manifestó Maragall, concrete las responsabilidades políticas del Gobierno, si se limitan a los consejeros Pomés o Subirà o si ha fallado la coordinación, que recae en el conseller en cap, Artur Mas.
Los fallos durante el temporal constatan, para el jefe de la oposición catalana, la 'desorientación' que afecta al Gobierno catalán junto a los 'presos fugados, las inversiones perdidas, los animales de granja enfermos y dispersados, imprevisiones grotescas y un sistema eléctrico insuficiente'. Por este motivo, Maragall negó que Cataluña sea una 'águila encadenada' como afirmó Jordi Pujol en su mensaje de fin de año de 2000, y reclamó al Gobierno 'más estrategia e ideas de fuerza' y menos 'publicidad'.
Pasqual Maragall también acusó a Jordi Pujol de olvidarse del arco mediterráneo y, en concreto, de la zona que comprende el sur de Francia, Aragón, Baleares y Valencia. 'Tal espacio', afirmó, 'no puede construirse ni con prepotencia ni con radiocentrismo barcelonés, sino olvidando el sueño de una Cataluña dominando política y culturalmente los espacios circundantes'. Para el líder del PSC, Pujol trata a los presidentes autonómicos de Aragón y Valencia como sus 'vasallos' y no como 'dos catalanistas espléndidos'.
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