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Crítica:Entre los sabios y los digitales | LA MEJOR MÚSICA DE 2001
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Ingenio plural

John Lewis era todo un caballero. Nos abandonó a principios de año, pero tuvo la delicadeza de dejar grabada Evolution II. (Atlantic/Dro), una exquisitez repleta de ideas discretas y elegantes; una colección de colosales miniaturas que suenan a resumen de una vida y encierran en el teclado, depurada hasta límites casi ascéticos, la fantasía sutil del Modern Jazz Quartet, aquel grupo crucial que dirigió durante décadas. Un emocionante adiós que nadie debería ignorar.

En jazz siempre se prefiere la imaginación, aunque sea falible, a la perfección hueca. Al frente de su The Society Of Freely Sincopated Organic Pulses, un colectivo que se atreve con todo, el batería italiano Tiziano Tononi realiza en We did it, We did it! (Splasc(h)/Afofon Miukis) un abundante despliegue de ingenio plural sobre un repertorio que acoge piezas escritas a lo largo y ancho del siglo XX, desde Fats Waller y Duke Ellington a Roland Kirk y Jimi Hendrix. Otra tonificante evidencia de que el jazz europeo marcha viento en popa.

Rudy Van Gelder, el ingeniero de sonido responsable de tantas sesiones históricas del sello Blue Note ha conseguido insuflar en el formato digital buena parte de la calidez analógica de antaño. Sus meticulosos reprocesados consiguen en este Rudy Van Gelder Edition que páginas gloriosas firmadas por Thelonious Monk, J. J. Johnson, Miles Davis, Bud Powell y Art Blakey, entre otros, recobren el aliento artesanal que marcó su origen. El precio medio y el rescate de las cubiertas originales son otros atractivos de esta valiosa edición (Blue Note/EMI).

Dave Douglas mantiene una envidiable constancia creativa a pesar de la denodada actividad discográfica que está desarrollando en los últimos años. En Witness (Bluebird/BMG) se pone al frente del grupo más numeroso que ha dirigido hasta la fecha para rendir homenaje a personajes implicados en la lucha contra la injusticia en general y contra la violencia en particular. El resultado es jazz de muy diversas temperaturas dramáticas que el trompetista dosifica con reveladora imaginación.

Quizá a modo de celebración, el pianista estadounidense Brad Mehldau regresa al neoyorquino Village Vanguard, club donde ya grabó dos excepcionales volúmenes de la serie The art of the trio. El concepto global permanece en Progession,el quinto volumen, y su entendimiento con Larry Grenadier (contrabajo) y Jorge Rossy (batería) conserva intacta su intensidad, pero Mehldau combate posibles acomodos a golpe de solución estética sutilmente renovadora. Su introducción en solitario a la inmortal Alone together es sencillamente antológica.

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