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Crítica:CLOWN
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un estupendo invento

Poco ha faltado para que Monti hubiera de suspender su espectáculo a causa de un accidente de moto en el último minuto. Al final ha tenido que salir al escenario con silla de ruedas y la pierna escayolada para demostrar, como Ironside, que no es necesario tocar de peus a terra para hacer las cosas bien. Ha habido, sin duda, que improvisar. Pero lo seguro es que Monti está en uno de sus mejores momentos, y que sigue creciendo, y a su alrededor crecen quienes lo acompañan en su viaje. En esta ocasión ha compartido escenario con Oriol Boixader, Domènec de Guzmán y Fulgenci Mestres, un cuarteto de cuidado, capaz de transmitir una energía especial.

Pallassos de Nadal no es un espectáculo grande. Es, además, un popurrí de números seleccionados de espectáculos anteriores. Pero se nota que no es un espectáculo que este magnífico grupo de clowns se haya sacado de la manga para llenar un vacío en la programación del Lliure. En Pallassos de Nadal no hay nada improvisado (pese a la escayola) porque no se notan las junturas entre los números. Todo está equilibrado, tiene un ritmo preciso y obliga a reír al público ante salidas que, aunque conocidas, acaban sorprendiendo.

Pallassos de Nadal

Dirección: Joan Montañès. Intérpretes: Oriol Boixader, Domènec de Guzmán, Fulgenci Mestres y Joan Montanyès. Música: Saki Guillem y Martí Ventura. Vestuario: Lluc Castells. Teatre Lliure. Barcelona, 22 de diciembre.

Lo mejor es el trabajo de los cuatro intérpretes. El binomio Monti y Oriol, los dos payasos tontos, es contundente. No desperdician ni un solo gag. Domènec de Guzmán y Fulgenci Mestres son los payasos listos. Tienen, por separado, números ingeniosos. Pero tal vez uno de sus mejores momentos siga siendo el de los payasos acróbatas.

Pallassos de Nadal es un buen, un estupendo invento para estas navidades. Pero sería interesante que ahora que el Teatre Lliure ha desplegado sus velas a todo trapo, empezase a encargar a estos excelentes clowns un espectáculo de verdad para las próximas navidades. Unos payasos de Navidad que supusieran mucho más que un collage de momentos afortunados.

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