'Si rebuscas, encuentras ambiente cultural en Sevilla'

Con El triunfo de los días, este sevillano de 23 años y estudiante de Medicina ha ganado el Premio Adonais de Poesía. Nombres, en su momento desconocidos, como Hierro, Valente o Brines obtuvieron este galardón que desde 1943 descubre nuevas voces de la lírica.

Inspirado en la naturaleza, en el asombro ante su contemplación, el libro de este joven poeta recoge en sus versos 'el poder de sugerencia de la luz, el amanecer, el paso del tiempo, la vida y la muerte, los temas de siempre de la poesía', dice el autor de El triunfo de los días, un poemario de un millar de versos que supone su segundo libro y el primero que va a ver publicado. La obra fue galardonada el pasado 14 de diciembre por un jurado presidido por Luis Jiménez Martos, que concedió sendos accésit a otros dos andaluces: el jiennense Javier Cano por Lugares para un exilio, y el cordobés Rafael Antúnez por Nada que decir.

'La poesía no gusta a mucha gente y no porque lo queramos los autores'

'Ya quieres regresar. / Algo te duele al fondo del recuerdo, / muy al fondo del pecho. / Son tantos mares ya, tantos naufragios, /tantos últimos días, tantas noches, / tantas tormentas, tantos infinitos... / Cruje el mástil, las velas / buscan vientos y besan en sus labios / las palabras que saben tu regreso. / Abre la quilla en dos tus esperanzas / y la quiebran y siguen tus viajes / hasta encontrar, cansado, / un puerto al fin que cierre tu horizonte.', dice el titulado Nostalgia.

'Se ve tan lejano el Premio Adonais', comenta casi sin creerse todavía el ganador del concurso, al que se presentó animado por unos amigos. También fueron sus amistades las que aconsejaron concurrir al VII Certamen Literario de la Universidad de Sevilla, en el que consiguió un accésit por su poemario Números, aún inédito. Su caldo de cultivo han sido las reuniones que celebra los domingos con otros poetas en La Carbonería. 'Son una gran ayuda. Cada uno lee lo suyo o de otro. Después se habla de casi todo, menos de literatura', dice este joven que descubrió la poesía con Pablo Neruda, en una clase del instituto.

'Alguien me dijo una vez que el que me había hecho poeta fue Neruda. Un día leyeron en clase 20 poemas de amor y una canción desesperada y Los versos del capitán. Me impactó', recuerda. 'La literatura dejó de ser una asignatura más. Me dije que allí había algo verdaderamente bello'. El poeta chileno le despertó su interés por la lectura: Pedro Salinas, Claudio Rodríguez, Rilke... No sabe si él buscó la poesía o ésta le buscó a él. 'Supongo que había algo en mí, porque también podía haberme gustado un partido de fútbol y haberme ido a jugar', reflexiona.

De los autores sevillanos, cita a Bécquer, pero no al de las rimas, sino al Bécquer menos conocido, no el de los versos de amor. 'Una forma nueva de hablar para su época, sin academicismos'. También a Antonio Machado. '¡Cómo no! Conociendo su vida no podía escribir otra cosa. Esa tristeza, esa comunión con el paisaje... me dan ganas de conocer Castilla. No me importaría acabar de médico en Soria', afirma. Tampoco olvida 'la voz tremenda' de Luis Cernuda, su actitud crítica con Sevilla.

'Hay bastantes cosas aquí. Aunque se diga que hay poco ambiente cultural y lo que más resuene sea la Semana Santa y la Feria, sí hay actividad, aunque sea de minorías. Si rebuscas, encuentras', opina sobre el ambiente literario de una ciudad con uno de los índices de lectura más bajos del país. 'Son cosas aisladas, poco conocidas, pero la poesía es de minorías, hay que admitirlo, gusta a poca gente, y no porque lo queramos los autores', añade. No le interesa mucho la poesía social. 'Hay que tener cuidado, hay que ver si es poesía de verdad, porque incluso Neruda tiene páginas con mucho compromiso en detrimento de lo lírico'. Aunque no quiere ceñirse a un tema y un estilo concreto, tiende al intimismo, a 'lo exclusivamente lírico'. 'Prefiero la expresión de los sentimientos, de la soledad, del amor, el desamor...', precisa

Estudia sexto de Medicina y le gusta. 'La literatura y la poesía no están reñidas con nada. Todo tiene un lado humano o trascendente, desde las matemáticas a la geología. Y en la poesía cabe de todo. Además, el dolor, el sufrimiento, la enfermedad tienen mucho de poético'. Ahora emplea su tiempo en un nuevo poemario, de amor, que piensa titular El hilo de Ariadna. 'En eso ando, en escribir poesía, la prosa no, es muy larga y supone mucho trabajo. Para mí una novela es un mundo, lo veo muy difícil', explica. Otra razón para eludirla es que escribe de pie. 'Tengo una litera y sobre ella escribo el grueso de los poemas. Es una manía. La prosa no se puede escribrir de pie. Tendría que sentarme'.