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EXPERIENCIAS

Un holandés da la vuelta al mundo invitado por internautas de 67 países

Desde que Ramon Stoppenlenburg lanzó la idea en su 'web', ha recibido 2.600 ofertas. La semana pasada estuvo en Madrid. Su anfitriona cuenta la peripecia de este trotamundos que la próxima semana recalará en Barcelona

Son las 9:15 de la mañana y el atasco madrileño me está retrasando aún más. Ramon lleva ya casi dos horas esperándome en el aeropuerto. 'Llegadas T1, cafetería con chocolate caliente', decía su último SMS. Ramón Stoppenlenburg, holandés de 25 años (hoy es su cumpleaños), está dando la vuelta al mundo gracias a que en su web, Letmestayforaday.com (Déjame quedarme un día), pide albergue a los internautas. Desde que lanzó la idea, ha recibido 2.600 invitaciones de 67 países. El 1 de mayo de 2001 colgó su página. Seis horas más tarde tenía 30 invitaciones.

'No pretendo que me traten como algo especial, porque no lo soy. Comparto un día con una persona, pero no quiero que me traten de manera diferente'. Sentada al volante de mi 4x4 me preguntaba cómo me había involucrado con este joven extraño. No nos conocíamos de nada y, sin embargo, estaba dispuesta a acogerle durante 24 horas en mi casa y con mi familia. 'Soy un criminal con el hacha en la mochila', comentaría con una sonrisa a la salida del aeropuerto.

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Llegué al punto de encuentro intentando identificar la cara que había visto en Letmestayforaday.com, y ahí estaba Ramon. 'No quiero dinero, sólo una ayuda para seguir viajando. En mi página los anuncios son gratis. A cambio, un viaje en avión, una nueva mochila, mi móvil, las llamadas ... todo patrocinado'.

En España se dan dos besos, le dije, y rechacé su mano extendida. Si su ilusión era viajar por el mundo y conocer gente, es el momento.

Ya en casa, duerme toda la mañana y, de haber tenido un hacha, ya nos habría descuartizado a Miguel, el fotógrafo de EL PAÍS, y a mí. Habíamos quedado a las 11:00 para una sesión fotográfica. Todo empezó hace unos cinco meses cuando un compañero de trabajo me pasó un correo. El asunto decía algo parecido a: '¡Cómo se lo montan algunos!' España es su decimotercer país. Tuvo que salir de Holanda, ocho días después del comienzo del proyecto, porque se había convertido en un famosillo. 'Tenía paparazzi en las casas que me acogían y hacer autostop se convirtió en un peligro ya que, al reconocerme, paraban coches en ambos sentidos'. No hay que olvidar que este proyecto consiste en visitar el mundo a coste cero. Ramon atiende con interés a medios americanos, ingleses y alemanes, pero cuando le preguntas sentado en el sillón de mi casa sobre sus experiencias, su respuesta favorita es: 'Lo puedes leer en mi web' o 'eso lo reservo para mi libro'.

Más de un millón de visitas diarias en su página, la popularidad, una idea original y la envidia de muchos por estar cumpliendo un sueño desata su ambición. Sin embargo, las horas transcurridas con él descubren a un chico cansado, preocupado por unos amigos a los que hace más de siete meses que no ve. 'Es un verdadero ejercicio mental enfrentarme todos los días a personas diferentes. Ellos me van conociendo al leer mis relatos, yo de ellos sólo sé su nombre y su dirección'.

Algunos piensan que es un gorrón, otros, un gran empresario, pero Ramon es un viajero que, a través de Internet, está realizando su sueño: viajar por el mundo sin gastar un euro.

'No quiero ir a un país en guerra'

Le gusta España y confiesa que su primer descanso serán dos semanas en Barcelona para Navidad. 'Tendré tiempo de reflexionar sobre lo que ha ocurrido durante estos meses. No acabo de digerir una vivencia y ya me estoy metiendo en otra'. Marruecos y Portugal serán sus próximos destinos. Un patrocinador le permitirá viajar en tren por ambos países. El futuro es incierto. Quiere seguir viajando durante cinco años más y confiesa que no irá a EE UU hasta que no se estabilice la situación actual. 'No quiero viajar por un país que está en guerra'. Quizá la clave del éxito esté en que Ramon no es un turista. Es un trotamundos que vive en tu casa 24 horas y sigue su camino. No le interesan monumentos ni museos. Las diferentes culturas se reducen a lo que cada uno de nosotros le queramos enseñar; eso sí, en inglés. 'No puedo recordar a las 250 personas con las que he convivido hasta ahora. Por eso escribo diariamente en mi web. Mi última noche la pasaré en la Casa Blanca'. ¿Y si eso no ocurre? 'Tendré que escribir en mi libro que el presidente de Estados Unidos fue incapaz de acoger al viajero con más fama de este siglo'.

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