_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

África

Abierto de nuevo el frente africano transitoriamente cerrado por el general Primo de Rivera en 1925, ni el señor Piquer ni el señor Aznar saben dar explicaciones suficientes del porqué de este porqué. Cierto que la prensa española trata con cierta desconsideración al régimen político marroquí, e incluso la prensa más imbuida de patriotismo constitucional reprocha a Marruecos que no podamos pescar donde solíamos y que a cambio de pescado nos remita miles de emigrantes, eso sí, por vía acuática. Tampoco el rey de Marruecos tiene buena prensa, porque, tras haber creado expectativas de cambio, sólo ha cambiado las fotos de su padre por las propias. La imagen del joven rey está más colgada que la de Franco en sus buenos tiempos, y en el PP hay quien dice que Hassan II era más fotogénico.

La decisión del secretario general del PSOE, Rodríguez Zapatero, de visitar Marruecos y dejar así en entredicho la política diplomática del aznarismo, ha puesto de los nervios y de toque de rebato a la dirección del PP, que trata al líder socialista como un traidor que se baja al moro en tiempos de guerra fría. Quede, pues, el PSOE acusado de insolidario por una política basada en el patriotismo constitucional, expresión que Piqué, ex comunista, tal vez parafrasea de la que Carrillo acuñó desde el PCE en los años setenta: patriotismo de partido.

Cuando don Jose María Aznar encabezaba la oposición a Felipe González, acusó a los socialistas de ir por el extranjero como pedigüeños, no estaba de acuerdo con su política exterior y no se sentía, por lo tanto, patrióticamente corresponsable. El tiempo ha pasado, Aznar ha madurado patriótica y constitucionalmente y ahora proclama la pegadiza síntesis patriotismo constitucional, a examinar por los jóvenes filósofos, los jóvenes empresarios y los jóvenes tenores, es un decir, y también por los reales académicos reales para incluirla en nuestro diccionario de diccionarios. Difícil viaje el de Rodríguez Zapatero, a no ser que el rey de Marruecos, progresista en la intimidad, le prometa renunciar a sus derechos sobre Gibraltar, siempre que Alá permita al PSOE ganar las elecciones de 2004 y Bin Laden siga preso en la sección de Vídeo Colonial de la Walt Disney Corporation.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_