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La ayuda del 'teléfono dorado'

Elisa es una trabajadora social con amplia experiencia. Desde hace tiempo atiende el teléfono dorado y ahora se ha instalado en la iglesia de María Reparadora junto con el padre Ángel y el padre Juan. 'Mi trabajo se desarrolla aquí, pero no tengo nada que ver con la iglesia', advierte. Por eso ha pedido que le faciliten una oficina contigua. 'No todo el mundo que necesita ayuda está dispuesto a pedirla en una iglesia'.

Esta trabajadora social está preparada para facilitar todo tipo de información. 'En los días que llevamos abiertos han pasado por aquí tanto hombres como mujeres, y ellas no sólo para informarse del modo de entrega de niños. Son muchas las que nos piden que les ayudemos a buscar trabajo. Hay quienes ni tan siquiera tienen dónde comer o dormir. Aquí les contamos las posibilidades que tienen de hacerlo. La mayor parte son inmigrantes'.

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Elisa sabe que algún día puede encontrarse con una mujer que le pida información para abortar. También tiene respuesta para esa pregunta. En el teléfono dorado están todas las respuestas: 900 222 223.

Por su parte, Esperanza García, directora gerente del IMMF, explica que cuando la madre considera que no va a poder hacerse cargo del niño definitivamente, éste puede pasar a vivir con otra persona en adopción. 'Entregar un niño en adopción en nuestro país no es una cosa compleja', advierte García, y añade: 'Ni constituye un delito. La entrega se puede hacer de forma sencilla en la maternidad donde tenga lugar el parto porque allí expresa la madre su deseo de renuncia. El hospital, la Administración y los juzgados deben respetar la confidencialidad de su decisión'.

Los trámites establecidos incluyen que en el parte de alumbramiento debe constar el nombre de la madre, lo que 'no supone la publicidad del hecho del nacimiento', ya que se trata de un documento confidencial. 'Esta constancia supone un garantía del legítimo derecho del niño, cuando crezca, a conocer sus orígenes', concluye Esperanza García.

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