El precio de la seguridad

Con vistas a las próximas navidades, una de las épocas del año que registran mayor número de desplazamientos en avión, es interesante conocer algunos de los últimos efectos que los incidentes del 11 de septiembre han tenido para los viajeros.

El tráfico aéreo en Europa cayó un 15% desde los atentados, y las compañías se enfrentan a la crisis con polémicas medidas que incluyen planes de reducción de plantilla con miles de despidos. Para el pasajero, estas actuaciones se traducen en una disminución de la frecuencia de los vuelos y la supresión de algunos trayectos, y en un recargo sobre el precio de los billetes que las aerolíneas justifican por el aumento de las primas de seguros y las nuevas medidas de seguridad, que incluyen el refuerzo de las cabinas y la presencia de vigilantes en algunos vuelos.

Iberia ha reducido su oferta en un 11% (se han suspendido las rutas menos rentables, como los vuelos a Túnez y los directos entre Barcelona y Nueva York) y ha incrementado en ocho euros (1.331 pesetas) por trayecto sus vuelos nacionales e internacionales, aunque quedan fuera de estos cambios las ofertas puntuales y promociones. Air Europa, perteneciente al Grupo Globalia, también sube ocho euros el precio de sus billetes (aunque aplica rebajas de hasta el 50% a las familias numerosas) y ha decidido suspender sus nueve vuelos operados por turbohélice, entre los que se encuentran todos los interinsulares con Baleares. Spanair, del grupo Viajes Marsans, también contempla un aumento de seis euros (998 pesetas) en sus tarifas. La medida afecta a más de 124 compañías de todo el mundo. British Airways, por ejemplo, incluye un recargo de entre 665 y 2.045 pesetas por trayecto, y la alemana Lufthansa ha fijado un suplemento fijo de ocho dólares (unas 1.500 pesetas).

Y aunque el refuerzo en la seguridad de los aeropuertos españoles no se ha dejado sentir tanto como se esperaba, conviene tener en cuenta las recomendaciones de AENA y las compañías aéreas: acudir al aeropuerto con más antelación de lo habitual (para los vuelos a Estados Unidos, cuatro horas antes), no poner en el equipaje de mano ningún objeto cortante o que pueda ser interpretado como arma, y llevar siempre a mano el carné o pasaporte.