Una belleza que resucita a las mariposas

Ahí está. Sola y majestuosa. Con sus elegantes alas rematadas por esos bordes redondeados que los entomólogos de Exponatura también denominan ápices. Es una mariposa única llamada Papilia ulises. De ápice a ápice, mide unos ocho centímetros. Dos vetas color turquesa, con la textura del raso, señalan su esplendor. Ha recorrido 15.200 kilómetros, casi desde las antípodas de Madrid, concretamente desde Papúa-Nueva Guinea, para llegar a una vitrina desde donde, flanqueda por otras especies de menor tamaño, su belleza deja fascinados a cuantos la observan. Está muerta, pero la lozanía de su colorido parece mantener sólo dormido el suntuoso ulular de sus alas en vuelo.

Uno de sus admiradores es Manuel Arenas, un jienense establecido en Barcelona que visita Exponatura desde siempre. 'Allí no hay exposiciones de insectos', precisa. 'Yo colecciono mariposas de la especie Papilia', dice. 'Son seiscientas y tengo casi la mitad'. Según el expositor madrileño José Manuel Cuñarro, un auténtico enamorado de los insectos, 'estos lepidópteros se cultivan en granjas especiales; hay acuerdos con Gobiernos como el de Indonesia para la conservación del biotopo, las condiciones de clima, fauna y flora en las que surge la vida de estos animales maravillosos', señala. Con emoción, enseña un escarabajo Dynastes Hercules ecuatorianus (18.000 pesetas) del tamaño de un puño que asusta por su envergadura. 'Este otro, único, sólo se da en un islote de las Célebes; se llama el Idea Tambusini tambusini y algunos de sus parientes Goliat, con sus mandíbulas, pueden doblar barrotes de metal'. En Peguerinos, sobre El Escorial, vive una de las mariposas más bellas de Europa, la Isabella greaellsia, de alas verdes con vetas doradas y cuatro óculos. Descubierta en 1847, fue dedicada a Isabel II. Está muy protegida.