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ESCENA | HOMENAJE A SAMUEL BECKETT EN LA SALA EL CANTO DE LA CABRA | DÍAS DE OCIO

'La curva' trata los accidentes desde lo absurdo

La compañía catalana Carro de Baco es fiel a la máxima de que burlarse de la miseria propia es patrimonio de sabios y la ha llevado hasta el límite de transformar el escenario del teatro madrileño El Canto de la Cabra en una curva peligrosa abonada a los accidentes de tráfico mortales. Gracias a ese punto lúgubre, donde no hay más vegetación que los ramos de flores y las cruces en memoria de las víctimas, malviven dos hermanos, Rudolf y Antón.

El habilidoso Rudolf repara los coches siniestrados. Mientras que Antón, poco escrupuloso, cobra por las esquelas que compone a la mayor gloria de los muertos.

La curva, original del escritor alemán Tankred Dorst, proporciona una vida 'en calma' a estos hermanos, acostumbrados a lidiar con la tragedia ajena. 'Pero un día un nuevo accidente perturba esa paz', según los miembros de Carro de Baco, al endosarles una disyuntiva peligrosa: 'Rudolf y Antón se debaten entre ayudar a un moribundo o dejarlo morir y continuar con su trabajo. ¿Los demás o yo? ¿Yo o los demás? Éste es un dilema que tenemos que enfrentar y resolver algunas veces en la vida', comentan los artífices del montaje. El dramatismo está atenuado, sin embargo, por el humor, incluso en la escenografía: 'Es marcadamente colorista y enmascara, quizás, la oscura verdad de la acción, dando con el contraste calidez al mismo hielo', dicen.

Con La curva el dramaturgo hizo un homenaje al escritor Samuel Beckett, según la compañía catalana. 'Aparecen dos hermanos vestidos con frac y bombín en un mundo ajeno y distante, unos elementos que nos acercan a la situación de Vladimir y Estragón en Esperando a Godot (del Nobel irlandés)', dicen. 'Rudolf y Antón esperan un acontecimiento, un desastre que justifique su dedicación', remachan.

El autor de La curva pasa la realidad triste de un accidente por el filtro 'amoral y grotesco' del clown, lo que le permite 'hacer un chiste del drama'.

La curva, en El Canto de la Cabra. Calle de San Gregorio, 8. Metro Chueca. Hasta el 23 de diciembre. De jueves a domingo, a las 21.00. Precio, 1.500 pesetas.

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La curva, en El Canto de la Cabra. Calle de San Gregorio, 8. Metro Chueca. Hasta el 23 de diciembre. De jueves a domingo, a las 21.00. Precio, 1.500 pesetas.

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