COMPARACIONES ODIOSAS.
Respeto y admiración parece sentir el dueño de la moto (la pequeña) detenido en seco ante la que, seguro, le gustaría conducir a él. Y conseguir velocidad sin cansarse las piernas. Un lujo. Pero aún tendrán que pasar bastantes años antes de que este pequeño consiga cambiar de montura.
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