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Hacienda prima a las grandes empresas

Banca, eléctricas, Telefónica y Repsol se van a ahorrar millones de euros por reinversión de plusvalías

Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, dijo el 5 de octubre que las reformas fiscales introducidas en la Ley de Acompañamiento responden principalmente a un plan de apoyo a las pymes. Veinte días después, en un foro empresarial, resaltó sin embargo el multimillonario ahorro que para las grandes compañías va a suponer la nueva tributación por reinversión de plusvalías. Según Montoro, este año las empresas generarán 700.000 millones de pesetas de plusvalías y 850.000 millones en 2002, que van a poder tributar en el impuesto de sociedades al 18%, en vez de al 35% actual, si son reinvertidas. Si la reinversión fuese total, el ahorro para las empresas (y la menor recaudación inicial para Hacienda) sería de 263.000 millones.

En 2001 y 2002, las empresas generarán 1,55 billones de pesetas en plusvalías, que van a poder tributar al 18% en vez de al 35% actual

Esta rebaja, cuya cuantía puede ser mucho mayor en virtud de que muchas empresas van a poder cambiar el viejo por el nuevo sistema de tributación en plusvalías de ejercicios anteriores a 2001, se origina por la sustitución del sistema de diferimiento por reinversión de plusvalías en el impuesto de sociedades a uno de deducción. En el sistema vigente se integran las plusvalías, a partir del cuarto ejercicio de su generación, por partes iguales a lo largo de siete ejercicios y con una tributación al tipo del 35% (aunque el efecto del pago a plazos reduce el tipo real al 25%). En el nuevo sistema de deducción se resta de la cuota íntegra el 17% de las plusvalías extraordinarias, lo que habilita a las empresas para tributar al 18% en sus plusvalías por venta de activo inmovilizado o participaciones empresariales que se reinviertan. Las compañías, además, podrán elegir de forma transitoria si siguen con el sistema vigente u optan por el nuevo. El acogimiento al nuevo debe hacerse en la primera declaración de 2002, con lo que se combina el ahorro fiscal con un adelanto de ingresos a Hacienda.

El cambio beneficia en especial a la gran empresa, que es la que absorbe el grueso de las plusvalías y las grandes inversiones:

Repsol-YPF, por ejemplo, va a obtener unas plusvalías de 297 millones de euros por la reducción de su participación en Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH) del 61,4% al 25%, según los baremos de valoración de CLH contenidos en el reciente acuerdo de venta del 25% de su capital a la canadiense Enbridge. El año que viene tendrá otra fuerte entrada de plusvalías por una operación similar de reducción de su participación en Enagás. La petrolera aplicará buena parte de estas plusvalías a inversiones ya realizadas o por realizar, con lo que un descenso de un 17% en la tributación le va a suponer decenas de miles de millones de pesetas de ahorro en el impuesto de sociedades.

Cepsa, la otra petrolera española, va a contabilizar también 80 millones de euros por la reducción de su participación en CLH.

Telefónica, por su parte, acumula numerosas plusvalías, entre otras las correspondientes a la colocación en Bolsa del 7,8% de Móviles (operación valorada en 2.899 millones de euros). Buena parte de estas plusvalías podrían aplicarse, como reinversión, a las recientes compras del 100% de las acciones de sus filiales en Argentina y Chile, de otras operadoras en Brasil y Venezuela o a la adquisición de la productora Endemol.

BBVA tuvo en 2000 plusvalías por 1.814,04 millones de euros, y en el primer semestre de 2001, por 661,11 millones. Cantidades a las que habría que añadir, entre otras, la venta del 5,2% de Sogecable (274 millones de euros). La entidad, entre otras operaciones, podría beneficarse de la nueva tributación con la compra del 48,5% de Bancomer de México.

SCH, tras el canje de su 30% de Airtel por acciones de Vodafone con unas plusvalías latentes de 872.000 millones de pesetas, y la venta posterior del 40% de su participación en Vodafone con 270.000 millones de plusvalías finales, puede llegar a ahorrarse unos 60.000 millones de pesetas con la nueva tributación. En operaciones susceptibles de aplicar plusvalías a la inversión cabe destacar, entre otras, la adquisición de Patagon y del 10,87% de Auna.

El cambio de tributación de las plusvalías es muy relevante para las eléctricas, que, en conjunto, pueden ahorrarse unos 7.000 millones de euros. La más beneficiada es Endesa, que ha vendido Viesgo a la italiana Enel con unas plusvalías de 850 millones de euros y que espera contabilizar 1.600 millones de plusvalías con su programa de desinversiones. Iberdrola tiene plusvalías acumuladas, entre otras, por la venta del 15% de Gamesa (141 millones de euros) y ha anunciado fuertes desinversiones para financiar un programa de expansión cifrado en 12.000 millones de euros.

Otros grupos que van a beneficiarse son Iberia, que ha vendido un 10,25% de Amadeus (operación valorada en 668 millones de euros); Gas Natural, obligada a colocar en los próximos meses el 65% de Enagás; Ferrovial (que vendió el 40% de Cintra), o Jazztel (venta de Ya.com a T-Online).

Fondos de comercio

Las ventajas fiscales para las grandes empresas no se limitan a las plusvalías, también se les va a permitir reducir la participación que debe tener la matriz en una filial, del 90% al 75%, para poder aplicar el régimen de consolidación fiscal (compensar a efecto tributario las pérdidas y ganancias de las distintas compañías del grupo). Además se va a permitir que una sucursal de un grupo extranjero actúe como matriz de sus distintas participaciones en España a efectos de consolidación fiscal.

También se modifica la amortización de fondos de comercio (diferencia entre lo que se paga por un activo y su valor teórico contable), que se endurece al impedir deducir más de una veinteava parte al año, pero que beneficia sobre todo a la banca al permitírsele consolidar y amortizar el fondo de comercio financiero. La reforma permitirá también deducir fondos de comercio en adquisiciones superiores al 5% en empresas extranjeras, pero sólo a partir del 1 de enero de 2002. Antonio Abad, socio de Garrigues & Andersen, no ve otras razones que las recaudatorias en la introducción de esta limitación temporal que no existía en la reforma inicial propuesta en la Ley de Acompañamiento y que discriminará a muchas empresas. Los cambios fiscales introducidos, a su juicio, son en general positivos y nos acercan a la regulación que hay en otros países europeos.

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