Humanismo imposible

Sobre el humanismo 'imposible' escribió hace más de 30 años un luminoso ensayo el psiquiatra y gran aficionado a la ópera Carlos Castilla del Pino. Del humanismo 'posible' se puede y se debe hablar al referirse a una obra como Orfeo, de Monteverdi, sobre todo si tiene detrás una lectura tan cercana, emotiva, cálida e intimista como la que desempolvó el director argentino Gabriel Garrido, al frente del asentado en Ginebra Ensemble Elyma, en un abarrotado Kursaal de San Sebastián. Uno duda, con interpretaciones como ésta, si estamos ante la ópera más antigua o ante la más moderna.

Las especialidades de Garrido se centran en la ópera barroca latinoamericana y en Monteverdi. En agosto de 1997 presentó en la basílica de Loyola la ópera perdida del Amazonas, de Domenico Zipoli y compositores indígenas anónimos, San Ignacio. Es un guiño que su primer monteverdi español sea también en Guipúzcoa. Un guiño, o una habilidad especial de San Sebastián para establecer relaciones privilegiadas y continuadas con algunos artistas singulares: Thomas Quasthoff o Christian Zacharias, por ejemplo, además de Garrido.

La grabación discográfica de Orfeo por Garrido en 1996 causó sensación, siendo distinguida con infinidad de premios. Palermo en el arranque, el Colón de Buenos Aires en el momento más entrañable, o recientemente Lyón han sido testigos antes que San Sebastián de este Orfeo. La flauta monteverdiana no sonó por casualidad, como se comprueba por sus registros de El retorno de Ulises a la patria, El combate de Tancredi y Clorinda o La coronación de Popea. Garrido ha abierto una nueva vía en sus aproximaciones a Monteverdi. A veces ha manifestado que su enfoque musical se beneficia de su experiencia en el Renacimiento. Es posible que sea un punto de partida, pero hay mucho más: una concepción depurada y dulce del sonido, un sentido teatral lleno de espontaneidad, un cuidado tímbrico-espacial en la resolución de los ecos y efectos barrocos, una emoción siempre a flor de piel.

El reparto vocal fue desigual en las facultades, pero equilibrado en el estilo. Zanasi, Banditelli, Borges, Haas o Fernández se encuentran entre los cantantes más destacados. La representación se siguió con sobretítulos y el público respondió con una concentración admirable.