'Los agricultores no somos llorones, lo que pedimos es de justicia'

Joan Brusca (Benicarló, 1957) es el secretario general de la Unió de Llauradors y Ramaders del País Valencià, organización profesional agraria que cumple estos días 25 años. Cultiva alcachofas y coliflores en invierno y en verano, judías verdes y tomates.

Pregunta. ¿25 años no es nada?

Respuesta. Marcan una trayectoria en conquistas y decepciones y significan el hecho de que los agricultores tienen una organización para defender sus intereses.

P. ¿Pero ustedes son un sindicato o una patronal?

R. Somos una organización profesional, que defiende a los agricultores, a los que se considera empresarios, y además estamos apostando por la vertiente empresarial en nuestras explotaciones.

P. Pues estarán muy contentos porque las clementinas se están pagando a 410 pesetas el kilo en Nueva York y las mandarinas a 200 en París.

R. Los intermediarios se quedan con los grandes beneficios. Es muy llamativa la diferencia de precio entre lo que obtiene el productor y lo que se está pagando en los mercados y creemos que hay fórmulas para que ese beneficio esté mejor repartido.

P. ¿La agricultura es un negocio o una ocupación?

R. Es más una ocupación, aunque hay gente que utiliza a los agricultores como negocio.

P. ¿Internet va a influir también en la agricultura?

R. Puede ser una herramienta útil sobre todo de cara a transacciones comerciales. El problema es la dificultad del mundo rural para conectarse a la red.

P. ¿Una agricultura tan subvencionada como la europea no es puramente decorativa?

R. Esa visión podría ser real en algún tipo de agricultura como la continental, pero no tiene nada que ver con la agricultura mediterránea. La agricultura valenciana prácticamente no recibe subvenciones y creo que esa visión errónea que tiene la sociedad se produce porque hay quien está interesado en hacer ver eso.

P. ¿Quiénes?

R. Las agriculturas de los países del norte de Europa que sí reciben ese tipo de subvenciones.

P. ¿Y nuestros representantes?

R. Les falta mucha sensibilidad respecto a la agricultura mediterránea.

P. Los holandeses dicen que quien quiera engañar a un campesino debe ir acompañado por otro campesino.

R. La razón de la existencia de una organización como la Unió es evitar los posibles engaños, sobre todo por parte de algunas administraciones.

P. ¿El minifundismo valenciano sigue siendo un problema?

R. Sí, la consejería tendría que hacer posible que algunas transacciones de compraventa de tierras recibieran ayudas para aumentar la base territorial del agricultor profesional.

P. ¿La llegada del euro está provocando que las pesetas negras disparen el precio de la tierra?

R. Eso es una realidad que provoca que los agricultores de a pie difícilmente podamos acceder a esas compras que nos permitirían aumentar la rentabilidad de las explotaciones.

P. ¿La del Ebro será agua de mayo para el campo valenciano o agua que habrá que dejar correr?

R. Dudamos mucho que esa agua vaya para la agricultura, porque cada día aumentan los proyectos turísticos y de campos de golf y algunos piensan que eso es más rentable.

P. ¿Falta mucho para que todos los agricultores valencianos, al igual que hacían en el siglo XII, recen en dirección a la Meca?

R. Creo que eso no pasará. Si se refiere a los inmigrantes creo que hay que respetarse y convivir.

P. Cicerón decía que entre los oficios lucrativos no había ninguno mejor, ni más digno de un hombre libre que la agricultura.

R. Lucrativo, poco y la prueba es que cada vez quedamos menos. Pero digno, sí, por la función que hacemos: producir en cantidad alimentos sanos y de calidad, además de beneficios medioambientales y de asentamiento de la población en las zonas de interior.

P. ¿Por qué los poetas califican de dulce el tiempo empleado en el cultivo de los campos si los agricultores siempre se quejan amargamente?

R. Eso de que los agricultores somos llorones no es real, lo que pedimos es cuestión de justicia y tampoco es nada del otro mundo. Pero sí que tienen razón los poetas porque si no, no continuaríamos con una actividad condicionada por factores externos como lo meteorológicos y menos en una situación de crisis de precios y baja rentabilidad.

P. ¿La agricultura fomenta la sensatez o hay que estar un poco loco para dedicarse a algo tan complicado como plantar una cosa y esperar que se transforme en algo que podemos encontrar en cualquier supermercado?

R. Pero para que llegue al supermercado alguien la tiene que producir.

P. Su razonamiento es sensato, la cuestión es si lo es también dedicarse a ello.

R. Trabajar con seres vivos como las plantas o el ganado es algo que nos llena y que queremos.

P. ¿El agricultor autosuficiente es un mito?

R. Eso ahora es una cosa de bohemios.