El compromiso de Lluch con el pensamiento libre centra su homenaje

La figura de Ernest Lluch, ex ministro socialista y ex rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, y su ejemplo de intelectual comprometido con el pensamiento en libertad y la defensa del diálogo y la palabra, fueron el eje del emocionado homenaje que ayer le rindió la comunidad universitaria española en el primer aniversario de su asesinato por parte de ETA. El acto académico, que se celebró en el auditorio del campus de la Universidad del País Vasco (UPV) de San Sebastián, se abrió con las evocaciones del homenajeado que realizaron los rectores de las universidades de Barcelona, Valencia, Zaragoza y la UPV.

El lehendakari, Juan José Ibarretxe, y el premio Nobel de Literatura José Saramago presidieron el acto -asistió Mireia Lluch, hija del asesinado, en nombre de la familia-, en el que la lectura de textos de Pascal, Kant, Mill, Camus, Lluch, Salvador Espriu y Saramago por parte de profesores del campus donostiarra se alternaron con las piezas musicales preferidas de Lluch interpretadas al violoncelo. Uno de los momentos que cortaron la respiración fue la intervención del profesor de Deusto José Ramón Recalde, superviviente de un atentado ocurrido en septiembre de 2000, que leyó un fragmento de Pensamientos de Kant titulado ¡Atrévete a pensar!

Ibarretxe pidió a la sociedad vasca que recoja el 'compromiso de no descansar mientras en este país haya una sola persona amenazada y exista una sola violación de los derechos humanos'. Por su parte, Saramago dijo que la búsqueda de la paz es la acción que hoy puede considerarse más revolucionaria. Y finalizó: 'La paz es posible si nos movilizamos por ella en la calle y en las conciencias pero, sobre todo, en las conciencias'. Mireia Lluch leyó un poema de Espriu dedicado a su padre.

El acto unió por videoconferencia los campus de San Sebastián y las Universidades de Barcelona, Zaragoza y Valencia. Carmen y Bruno, los hijos del ex presidente del Tribunal Constitucional Francisco Tomás y Valiente y del catedrático Manuel Broseta, también asesinados por ETA, abogaron por 'un diálogo a la altura del hombre' como instrumento para resolver el conflicto vasco.