Aznar descarta su candidatura y la bicefalia en el PP

José María Aznar reafirmó ayer, en un encuentro informal con 80 jóvenes promesas del PP auspiciadas por él en segundos puestos de la Administración para su rodaje, que no volverá a presentarse en 2004 a un tercer mandato para la presidencia del Ejecutivo. Aznar renovó ese compromiso cuando se le preguntó si tenía pensado cumplir la palabra que empeñó en la campaña de 1996. El líder del PP explicó que esa ambición no es por algo personal sino para que el proyecto continúe en el futuro al margen de cualquiera de sus dirigentes. Y aprovechó para advertir a Francisco Álvarez-Cascos, y a los que suscriban la propuesta de éste de abordar esa reelección en el XIV congreso del PP de enero, que él no la autorizará.

La charla se organizó de nuevo este año en un hotel de la nevada sierra de Madrid. Aznar se encerró durante un almuerzo coloquio que duró tres horas con un grupo de unas 80 personas que tienen en común, al menos tres cosas: entre 30 y 40 años, proceden de las organizaciones juveniles del partido y cuentan ya con alguna experiencia de gestión en cargos de diversas administraciones. Se reconocen a sí mismos como la cantera del Gobierno y del PP o como 'el banquillo del banquillo', porque esperan llegar al poder después de la generación que ya disputa por la sucesión de Aznar. Se preparan incluso para derrotar a José Luis Rodríguez Zapatero si algún día el secretario general socialista llega a La Moncloa.

Como en los dos precedentes anteriores de este tipo de encuentros, un joven dirigente de la CEIM, la patronal madrileña, Alberto Delgado, volvió a interrogar ayer a Aznar sobre su promesa de no competir por un tercer mandato. Aznar no eludió la respuesta. Fue incluso más tajante que en sus últimos pronunciamientos al respecto: 'Voy a cumplir mi compromiso y no me volveré a presentar en 2004 y no porque se trate de ninguna ambición o impulso personal sino porque creo que es necesario para que el PP pueda continuar con un proyecto de futuro que no dependa de alguien en concreto'.

En ese contexto, animó a los presentes (muchos parlamentarios) a contribuir al debate de las ideas en las ponencias del XIV Congreso del PP convocado para enero, porque serán las bases para convertir a España en los próximos 10 años en uno de los grandes países del mundo.

Aznar tiene ya decidido, y así lo ha hecho llegar a su entorno, que si su sucesor gana las elecciones de 2004 él no aguantará mucho tiempo en la presidencia del PP. Esperará unos meses y delegará en él también esa función porque no cree en la bicefalia. Aunque a lo mejor ese gesto no se concreta hasta el siguiente congreso, en enero de 2005.

No perder el norte

Aznar no desperdició el interés que siempre despierta su sucesión para dar otro toque de atención a Álvarez-Cascos, que le propuso la semana pasada para ser aclamado en este congreso de nuevo presidenciable. El líder del PP comentó ayer que él acepta 'opiniones diversas pero siempre que no se pierda el norte'. Más específica fue la advertencia sobre su defensa y 'respeto a las normas y los estatutos internos del partido' sobre esta materia que conceden esa competencia a la Junta Directiva Nacional. Aznar enfatizó ayer: 'Derecho a presentar propuestas y a hablar yo también lo tengo y ya os digo que no autorizaré a nadie a que me introduzca en ninguna otra propuesta'.

Las jóvenes promesas del PP le formularon ayer a Aznar unas 25 preguntas. Aznar comió rápido (queso, lomo, jamón, algo de carne) y se encendió un puro. Estuvo hablando más de dos horas y media. La mayor parte del tiempo sobre las consecuencias para el mundo y especialmente para España de los atentados terroristas contra EE UU del 11 de septiembre. Aznar explicó que la reacción a esos actos ayudará pero admitió que la solución debe encontrarse en España.

Esta reunión de Aznar con la cantera del PP es la tercera vez que se produce, y siempre con el impulso del entorno del presidente en La Moncloa. De hecho, varios de los conferenciantes, ponentes y participantes han formado parte del gabinete del presidente en estos seis años. El motor de estas jornadas es Alejandro Agag, asistente de Aznar durante el primer mandato y secretario general del PP Europeo.

Ayer, hasta el hotel de Becerril de la Sierra se acercaron Pío García Escudero (coordinador de Organización) y Mercedes de la Merced (Formación). También numerosos jefes de gabinete y asesores de ministros y de secretarios de Estado. Y completaron el cuadro, además de Adolfo Suárez, hijo del ex presidente del Gobierno, un gran número de diputados nacionales como Juan Manuel Moreno, Sandra Moneo, Alejandro Ballesteros, Ramón Moreno, Susana Caballero y José Herrera; y cargos autonómicos como el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Alejandro Echániz, y la presidenta nacional de Nuevas Generaciones, Mari Carmen Funez.