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Crítica:FÚTBOL | 12ª jornada de la Primera División
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Saviola acaba con el Valladolid

Àngels Piñol

Nada como los goles para pasar página. El Barça se sacudió anoche en el Camp Nou, en una jornada que ni pintada, todos los nervios y la depresión acumulada tras la eliminación de la Copa en Figueres. Todo les salió bordado. Tras conocer los tropiezos de todos sus rivales, los azulgrana recogieron el testigo y replicaron con la mayor goleada del año para situarse a un punto del líder, el Deportivo. El Barça, acusado últimamente de falta de puntería, exprimió su olfato con cuatro goles en los que Saviola tuvo un protagonismo mayúsculo: metió el primero, dio el pase del segundo a Puyol -que recibió un justo premio a su increíble progresión-, fue objeto del penalti del tercero -transformado por Kluivert- y logró al final el cuarto. No merecía un final así el Valladolid, que puso tanto fútbol como miopía ante puerta.

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El marcador engaña porque el Barça no hizo, ni de lejos, un partidazo. Pero le funcionó lo necesario en las dos porterías: la eficacia en la delantera y la extraordinaria solvencia de Bonano, que desesperó a los vallisoletanos. El partido, que reunía la alargada sombra de Figueres, el mal tiempo y una grada semivacía, invitaba al pesimismo, pero el Barça tuvo la fortuna, en dos minutos de lucidez pasado el primer cuarto, de responder a los malos augurios. Bajo la estela de los tropiezos de sus rivales, que contribuyeron a apaciguar el Camp Nou, los azulgrana exprimieron su olfato y dejaron el encuentro encarrilado en un santiamén.

El Barça, dirigido ayer por Gerard, que sustituía a Xavi, que estaba con la selección sub-21, saltó al campo a velocidad de tortuga con movimientos más que previsibles mientras el Valladolid, agazapado atrás con el goleador Tote como único hombre en punta, esperaba el contragolpe. Pero el guión lo rompió pronto Kluivert, que tanto ataca como defiende o abre el campo hasta el banderín. Fue así como, desde la medular, vio a Overmars en la punta izquierda, que volvió por sus fueros: paró el balón, regateó a un defensa, pensó y dio un pase perfecto a Saviola para que batiera a Ricardo con una pelota que se le coló entre las piernas.El gol le vino de perlas al pibito, en el ojo del huracán desde que fue visto poco antes del partido de Figueres comprando en Andorra. Su acierto le redimió especialmente ante el banquillo sin saber todavía que iba a cuajar su partido más completo desde que está en el Barça. Todavía estaba celebrando el gol cuando intervino después en el segundo: Puyol se fue por la banda derecha, combinó con Saviola y se lanzó hacia la portería del Valladolid para marcar su primer gol como jugador, al menos en el primer equipo, del Barça. La cosa no quedó ahí porque Saviola, a pase otra vez de Overmars, estuvo muy cerca del tercero.El Barça, con poco control sobre el juego -Gerard es mediapunta y no está habituado a jugar de mediocentro- vivió de ese par de zarpazos y el Valladolid no tuvo más remedio que espabilar. El equipo de Pep Moré no había hecho demasiado y empezó a merodear a Bonano con un cabezazo de Riquete y un remate de Luis García. Eso no fue nada comparado con lo que vendría tras el descanso. Eusebio, que recibió su puntual y cariñosa ovación en el Camp Nou por su pasado azulgrana, saltó al césped y dirigió a su equipo con convicción. Fernando Sales, por la izquierda, hizo lo que quiso con Coco y encadenó un sinfín de ocasiones de gol. Pero allí se topó con Bonano, que aguanta como nadie los uno contra uno y lo paró todo. Por dos veces Fernando Sales se plantó ante él y las dos veces el portero le frenó. Tampoco falló ante Tena.

El Valladolid le acabó robando el balón al Barça, que acabó agotado (Gabri, De Boer y Kluivert habían jugado el sábado con sus respectivas selecciones), y pudo meterse en el partido. Pero le faltó acierto en lo más importante: falló ante el gol y sobre todo ante Bonano. Justo entonces, los azulgrana acabaron sentenciando: Overmars se fue otra vez por su banda para que Saviola encarara a Ricardo. No pudo rematar porque Jesús le derribó en el área y Kluivert marcó el penalti. El gol fue una bendición del cielo para el Barça, que recibió un impagable balón de oxígeno que acabó con cualquier ilusión del Valladolid. Bonano, además, volvió a lucirse con un despeje de un chut de Eusebio. Saviola cerró después su extraordinaria noche con un segundo gol a pase de Rochemback (le habían anulado otro poco antes). Parecía que estaba escrito: el Barça puso los goles y el Valladolid el fúbtol. Ni siquiera pudo lograr el gol del honor: el árbitro señaló en el último minuto un penalti de Puyol a Óscar y Tote metió un trallazo que se estrelló en la base del poste.

Saviola intenta ganar al posición ante Marcos.
Saviola intenta ganar al posición ante Marcos.VICENS GIMÉNEZ

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