El Athletic saca partido de la depresión del Celta
El equipo de Heynckes consigue una victoria increíble con tres goles en siete minutos
El Celta llegó deprimido a la jornada de ayer y salió listo para un largo internamiento psiquiátrico. Los síntomas del cuadro de Víctor Fernández no podían ser peores y quedaron retratados en un final de partido que rebasó todos los límites de la cordura. Cuando el choque parecía ganado, el Celta se tragó tres centros en los últimos siete minutos y obsequió al Athletic, inofensivo toda la tarde, con una victoria inverosímil. Los jugadores de Henyckes, conscientes de lo descabellado del desenlace, celebraron el triunfo como un título mundial.
La delirante conclusión del duelo frustró lo que podría haber sido una victoria curativa para el Celta, atado al diván desde que un ignoto equipo checo lo expulsó de Europa hace un par de semanas. El Athletic se presentó en Balaídos descosido por las bajas y en misión humanitaria, dispuesto a socorrer a un rival sumido en un infierno psicológico.
CELTA 2| ATHLETIC 3
Celta: Pinto; Velasco, Cáceres, Yago, Juanfran; Doriva, Giovanella; Karpin (Jesuli m. 67), Mostovoi, Gustavo López (Silvinho m. 78); y Catanha. Athletic: Lafuente; Javi González, Larrainzar, Lacruz, Del Horno; Orbaiz, Vales, Tiko (Urrutia m. 59), Alkiza; Ezquerro (J. Etxeberría m. 59) y Urzaiz (David Karanka m. 66). Goles: 1-0. M. 33. Córner que saca Mostovoi y cabecea Cáceres. 2-0. M. 80. Contragolpe que culmina Jesuli tras un pase largo de Mostovoi. 2-1 M. 83. Karanka cabecea tras un lanzamiento de falta. 2-2. M. 88. Etxeberria remata junto al palo tras un córner. 2-3. M. 90. Falta que saca Lacruz desde la derecha con rosca y el balón entra sin que nadie llegue a tocarlo. Árbitro: Téllez Sánchez. Expulsó a Velasco (m. 84) por doble amonestación y al segundo técnico del Celta, Ramón Carnero. Tarjetas a Orbaiz, Javi González, Urrutia, Giovanella, Karpin, Doriva y Jesuli. Unos 25.000 espectadores en Balaídos
Pese a su melancolía, el grupo de Víctor Fernández manejó el partido con autoridad. Un gran cabezazo de Cáceres puso las cosas en su sitio. El Athletic interrumpió entonces sus malos tratos al balón y se pasó la segunda parte intentando coser un poco de fútbol, con resultados más bien escasos. Ante la débil amenaza de su rival, el Celta se acurrucó a la espera de que un contragolpe hiciese abandonar toda esperanza a la muchachada vasca. Aunque el Celta ya manifestaba algunos síntomas de histerismo -una sucesión de patadas innecesarias, que acabarían con la expulsión de Velasco-, pareció cumplir el guión previsto con el gol de Jesuli. Y en ese momento, cuando se creía listo para recibir el alta, el enfermo cayó desplomado por tres golpes idénticos, tres centros desde la izquierda que nadie supo despejar y que elevaron a los altares a un Athletic incrédulo ante tanta facilidad.
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