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Una exposición del alemán Stefan en Málaga reúne un centenar de obras

La muestra resume medio siglo de creación plástica

El Palacio Episcopal malagueño acoge hasta el próximo 9 de diciembre una muestra retrospectiva que reúne un centenar de las obras más significativas de los últimos 50 años de Stefan Von Reiswitz. Este artista alemán, llegado a Málaga en el ecuador del siglo pasado, abarca todas las manifestaciones del arte. En esta muestra se combinan cuadros de intenso colorido, paisajes optimistas llenos de luz y vida con oscuras representaciones de aves mecánicas y siniestros bodegones.

En 1952, Stefan emprende un largo viaje con su madre huyendo del frío. Su primera parada fue París, capital del arte, donde recibió clases de los pintores André Lhote y Fernand Léger, que lo introducen en el cubismo. Las obras que realizó en París fueron, por lo general, paisajes y escenas costumbristas, en las que se descubren rasgos ingenuos y primitivos.

En 1953, Stefan encuentra en Málaga un lugar favorable para su delicado estado de salud y, tras vivir algún tiempo en el hotel Limonar, se afinca en Marbella durante dos años. Será precisamente en esta localidad donde realice la primera exposición de su vida, en agosto de 1956.

'Stefan buscaba el Sur. Parece que tuvo un impulso desde su propia ciudad, Munich, desde su Baviera natal, buscando el Sur y cada vez más al sur llega a Andalucía y luego a Málaga que es el sur del Sur', dijo Carmen Calvo, la Consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, durante la inauguración de esta exposición el pasado viernes.

La muestra camina por el universo imaginativo y vanguardista de Stefan, desde 1952 hasta el 2000. 'La exposición recorre todos los periodos y todas las técnicas productivas de este autor, desde la fotografía manipulada al collage, las pinturas en cristal, las esculturas en bronce y escayola', afirma el comisario de la retrospectiva, Enrique Castaños.

A mediados de los años sesenta comienza a investigar con nuevos soportes. Deja a un lado el lienzo o el cartón para pintar sobre cristal y pasa de los trazos con el pincel a construir imágenes surrealistas con objetos. Piernas de maniquíes, piezas de ferretería, herramientas o utensilios de cocina. Todo es susceptible de ser transformado por sus manos en piezas artísticas.

Cabezas y alas de pájaros están presentes en casi toda su obra. También en la obra gráfica y la escultura. Minotauros, burros y sirenas sensuales y dulces de bronce, llenas de modernidad y dotadas del espíritu que caracteriza la obra de este artista que llegó a Málaga para hacer de ella su paraíso creador.

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