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EL ENREDO
Columna
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'Imperioso' al poder

1. Javier Arenas anuncia querellas contra quien diga que tiene pactos secretos con Jesús Gil. Lo dice muy serio, aunque parece que Arenas siempre está a punto de partirse de risa, como esos adultos que riñen a los niños ahuecando la voz: '¡¿A que te doy?!' Y luego corrigen: 'Nooo, ja ja, que era broma, no te asustes, campeón'. Pero en este caso Arenas no corrige, o a lo mejor es que en el telediario cortan antes, justo cuando se le van los ojos hacia el rabillo, antes de que diga: 'Noooo, ja ja, etc'. Hay un trasvase de concejales del GIL al PP, se desbancan alcaldes socialistas con esos nuevos apoyos y Arenas dice que es coincidencia, que dos concejales del GIL de dos pueblos vecinos de la costa se paran a charlar en el mercadillo: 'Pues yo, chico, no sé cómo decírtelo, pero... me he pasado al PP'. '¡No me digas! ¡Yo también, chavalote, qué coincidencia!' 'Bueno, adiós, don Pepito'. 'Adiós, adiós, don José'.

Con el trasvase de concejales del GIL al PP se desbancan alcaldes socialistas, y Arenas dice que es coincidencia

2. De acuerdo. Pero, ¿cómo se garantiza que los recién incorporados al PP sean incompatibles con la corrupción? ¿Se les hace jurar sobre el cuaderno azul de Aznar? ¿Se les sumerge a todos en una piscina y Aznar les canta My way? ¿Son examinados por un tribunal integrado por Luis Ramallo, Pilar Valiente y Rodrigo Rato? ¿Se les encierra durante 40 días y 40 noches en un despacho con toda clase de recalificaciones al alcance de la mano? 'Pues yo, chico, desde que estoy en el PP, no sé, noto que soy incompatible con la corrupción'. 'Lo mismito que yo, chavalote. Antes veía un cacho terreno rústico y me cosquilleaba todo. Ahora sólo pienso en el bien común'. (También puede ser que los del GIL sean incompatibles con la corrupción de natural).

3. Jordi Pujol dice que el patriotismo de Aznar convierte a las autonomías en folclore. Claro: el patriotismo pujolista no es folclórico, sino profundo, y enraizado en el pueblo soberano. Esto pasa con los patriotismos: cada cual cree que sólo vale el suyo, y que los demás son un churro, un invento, una fantasía, un cuento mitológico y una castaña.

4. Un día Zapatero tuvo una idea: el patriotismo constitucional. A todas horas lo largaba: pues sí, pues sí, a mí me va bastante el patriotismo constitucional, ¿sabes? Ya empezaba a ponerse pesadito cuando llegó Aznar y le encargó a Piqué: 'Deja de solucionar la inexistente crisis con Marruecos y haz una redacción sobre el patriotismo constitucional para nuestro congreso'. Zapatero se enfadó: 'Pero... pero... ¡si es idea mía!'. Aznar: 'Perdona, hombre, pensaba que me la habías ofrecido en un pacto. ¿Quieres escribir tú la ponencia? En nuestro congreso encajarías fenomenal'.

5. En los congresos del PP Aznar decide quién habla, sobre qué, quién es el secretario general, quién está en la dirección, quién se queda fuera, quién es candidato a sucederle y quién cae en desgracia. Entonces, ¿para qué se reúnen? ¿No podría comunicar Aznar sus decisiones por la tele? Suerte que Aznar no tiene caballo. Lo mismo lo nombraba sucesor. ¿Y si Imperioso, el caballo de Jesús Gil, pide su ingreso en el PP? Menuda entrada en el Palacio de Congresos: Aznar a lomos de Imperioso, o viceversa.

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