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Reportaje:

La euforia viaja en coche fúnebre

La plantilla del Figueres celebró su gesta por todo lo alto, y el presidente salió del campo en el servicio de una funeraria

El modesto Figueres vivió su incontestable victoria sobre el todopoderoso Barça como uno de esos desenfrenados y eufóricos funerales mexicanos en los que las penas se ahogan en alcohol. Con un cuerpo técnico procedente en su totalidad de los equipos inferiores del Barça y una afición mayoritariamente culé, la humillante derrota infringida a los azulgrana tuvo para muchos un sabor agridulce. La imagen del presidente de la UE Figueres, Albert Domínguez, y la de su secretario general, Xavier Xinxó, cumpliendo su promesa de salir del campo en coche fúnebre después de apurar sendas botellas de champán ejemplificaba esa dualidad sentimental que tan bien han sabido expresar las tragicomedias de Berlanga. La promesa de tan singular trayecto la realizó el secretario a un forofo del club empleado en una funeraria de Figueres, una ciudad con 34.000 habitantes. Al parecer, cada vez que el aficionado acude al campo con el vehículo mortuorio, el Figueres se hace con la victoria. Mientras que el presidente viajaba de copiloto, Xinxó, según relataba ayer, se tendió en el habitáculo reservado al féretro. Domínguez realizó también otra promesa que cumplirá en primavera junto a su vicepresidente, Josep Miquel: recorrer 300 kilómetros a pie hasta la localidad francesa de Lourdes para agradecer el milagro. Pero los jugadores prefieren no hablar de milagro. Desmerecería su esfuerzo y el planteamiento táctico que ahogó al equipo barcelonista.

Juli Suñer, el capitán del equipo, aseguraba ayer que en los primeros minutos la pelota les quemaba en los pies, pero a medida que fluyeron los primeros pases el hambre de fútbol se apoderó de ellos y se vieron capaces de todo. Suñer reconoce que algunos aficionados se habían forjado otro guión del partido. Al sacar un fuera de banda, poco antes de empezar la prórroga, oyó como le gritaban: 'Ya habéis cumplido, ahora ya puede ganar el Barça'. Pero mientras se agotaba el tiempo, el Barça parecía cada vez más incapaz de lanzar el temido zarpazo mortal y el Figueres mantenía su ritmo infernal y su concentración. Hasta los más culés festejaron la victoria porque no había dudas de que el Figueres la merecía. La leyenda de matagigantes del club se acrecentaba -ya eliminaron al Espanyol- y su gesta se convertía en la segunda noticia de la sección de deportes de la CNN. Los jugadores del Figueres jamás habrían imaginado que uno de sus partidos sería transmitido por una cadena de habla hispana por todo EEUU y Suramérica. Después de las duchas de alcohol de los vestuarios, los jugadores celebraron ayer, después del entrenamiento, una cena que pagaron de su bolsillo. El próximo jueves serán recibidos por el alcalde de Figueres y el club pagará otro ágape a unos jugadores que en su mayoría hacen compatible su dedicación al fútbol con trabajos de media jornada. Las tertulias de Figueres no hablaban de otra cosa y muchos lamentaban que los papeles se hicieran más eco del tropezón azulgranarana que del valor de su gesta.

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