La cruz de Raúl López

'El cuerpo se me fue hacia un lado, la rodilla hacia el otro'. El ligamento cruzado anterior de Raúl López (Vic, 1980) no soportó tanto desacuerdo corporal y se rompió irremediable y completamente el pasado domingo en la cancha del Fórum de Valladolid. 'Una jugada tonta, como suelen ser estas cosas', resume un aparentemente estoico Raúl López. Esa jugada, ese lance inesperado, se traducirá en seis meses de reposo y 'mucha paciencia'. Al menos, ése es el diagnóstico del doctor Delgado, uno de los médicos del Real Madrid. Eso, el reposo, llegará después de una compleja operación quirúrgica cuando la hinchazón que ahora deforma su pierna derecha se rebaje, o sea, 'dentro de unos diez días', según el doctor.

'Es lo que hay. No puedo pensar que soy el hombre con más mala suerte del mundo', dice el jugador

'Es lo que hay. No puedo pensar que soy el hombre con más mala suerte del mundo', dice el joven Raúl con la voz opaca de quien está convencido de que es el hombre con más mala suerte del mundo. Elegido por el Utah Jazz el pasado verano en el puesto 24 del draft (la primera ronda), López prefirió quedarse en España, en el Real Madrid, 'para aprender'. Ahora le toca ver a Pau Gasol, su compañero de hazañas cuando los dos estaban en edad júnior, por la televisión mientras él se limita a aprender los secretos de la disciplina de gimnasio.

Raúl López es el jugador español más prometedor -con la salvedad del gigante de Memphis- según los técnicos. Un pequeño ratón rápido e inteligente hasta ahora escondido tras la enorme envergadura de Pau Gasol. A Raúl le toca mentalizarse y 'ser positivo' mientras Gasol, en vías de convertirse en estrella de la NBA, conseguía el pasado martes anotar 27 puntos ante los Suns de Phoenix.

Pero, probablemente, López, ese joven prometedor, se perderá el Mundial de baloncesto de Indianápolis (EE UU) que se disputará en agosto del próximo año. 'Mi ilusión sería llegar al final de la Liga para que el seleccionador se acuerde de mí, pero ahora tengo que ser egoísta y pensar en objetivos individuales, en mi recuperación'.

Y es que la lesión le ha llegado en el 'momento más inoportuno, cuando ya me estaba gustando Madrid y empezaba a jugar bien'. Su representante, Gorka Arrinda, comenta con incredulidad que 'justo en esta semana teníamos pensado hacerles a los chavales un seguro por lesión'.

Una apreciación, la que señala la fatalidad de la lesión, con la que su club, el Real Madrid, seguro que está de acuerdo. Y es que el Real Madrid, ahora, busca bases. Sólo le quedan dos. Uno, Djordjevic, nacido en 1967, tiene 34 años; el otro, Toñín Llorente, cosecha de 1963, cumplirá este mes 38.

El menor de los Llorente es el jugador más veterano de la Liga. Su aportación en minutos al equipo blanco es muy pequeña. Tan pequeña que se reduce a seis minutos divididos en dos partidos de Liga ACB. El fichaje de Toñín este verano pasado respondió más a argumentos del tipo 'hacer vestuario, ayudar a los jóvenes' que a una confianza real en el base. En cualquier caso, nunca estuvo en la mente de Scariolo, el técnico blanco, que Llorente asumiese la dirección del equipo como base titular.

Mientras el club escudriña en un mercado muy limitado -el sustituto de Raúl debe ser comunitario o español-, el inexperto Raúl Mena ocupará su puesto en la primera plantilla. Mena, de 1,77 metros de estatura, milita en el equipo blanco de la Liga EBA, en el que cumplía su segunda temporada. A las coincidencias en la desafortunada lesión del joven López se añade la marcha hace tan sólo una semana, como cedido al Cáceres Baloncesto, de Ferrán López, el base del filial que había hecho la pretemporada con la primera plantilla.

López, al menos, tiene el consuelo de que ya le ha cogido 'el gusto a Madrid, que me encanta' y que en un plazo de unos 15 días después de la operación ya podrá empezar a realizar los ejercicios de recuperación en gimnasio. Un consuelo menor para un jugador que empezaba a parecerse al júnior de oro de hace dos años.