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Varias ONG inician un plan de apoyo a disminuidos psíquicos autores de delitos

El programa busca alternativas a la cárcel

Si el autor de un delito grave es una persona que, por su retraso o enfermedad mental, no puede considerarse responsable de sus actos (lo que se conoce como inimputable), lo normal es que no ingrese en prisión, sino en uno de los dos centros psiquiátricos penitenciarios que hay en Fontcalent (Alicante) y Sevilla. La Comunidad tiene también previsto abrir en 2002 una unidad de inimputables en el psiquiátrico regional, situado en el kilómetro 13 de la carretera de Colmenar.

Pero hay casos intermedios que sí acaban en la cárcel y a los que se dirige especialmente este programa con el objetivo de buscar alternativas. Puede ocurrir, por ejemplo, que, si el imputado tiene un retraso ligero, el juez le considere responsable de sus actos aunque le aplique alguna atenuante por su minusvalía. A veces el afectado ni siquiera puede hacer valer su condición de discapacitado porque no dispone del certificado que avala su deficiencia (algo común si procede de ambientes marginados) o porque no ha recibido asistencia letrada adecuada. Existe otra posibilidad: que, aunque el juez quiera aplicar al disminuido una medida terapéutica y no carcelaria, no pueda hacerlo por falta de recursos alternativos.

Maite Casado, responsable nacional del programa de Feaps, considera que la cárcel 'no es un lugar para una persona con retraso mental que ha cometido un delito, porque en ella acaba convirtiéndose en carne de cañón'. 'Uno de los problemas que encontramos es la dificultad de ofrecer alternativas a la cárcel, porque nuestras residencias y pisos tutelados, donde la atención es terapéutica, están saturados y no tenemos financiación para ampliar plazas', añade. Con los discapacitados ya en prisión, el trabajo va dirigido a que consigan el tercer grado.

Los destinatarios del programa son discapacitados psíquicos ligeros, lo que se conoce como casos límite, ya que es muy raro que las personas con retraso profundo cometan delitos. Feaps, que agrupa a 742 entidades de toda España, ignora cuántas personas con estos retrasos mentales leves están en prisión.

'Para el trabajo sucio'

Asunción Domingo del Álamo, responsable de atención social en Feaps Madrid (91 501 55 32), explica que, a menudo, el camino de la exclusión comienza en la escuela. 'A veces caen en grupos delictivos porque en ellos se sienten valorados. Como en las actividades físicas se desenvuelven bien, les utilizan para hacer los trabajos sucios, con lo que es más fácil que acaben detenidos', afirma.

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Feaps Madrid, que agrupa a unas 89 entidades, solicitó por primera vez fondos para este programa en 1998. Pero entonces el ministerio no se lo subvencionó por falta de fondos. Las 900.000 pesetas recibidas este año (se habían solicitado 17 millones) no permiten demasiadas actuaciones, y por eso el programa apenas se ha divulgado. Con este programa la Feaps atiende a 185 discapacitados de 10 comunidades autónomas. La mayoría son hombres, de 25 a 30 años, y a menudo toxicómanos. Suelen estar acusados de delitos contra la propiedad y también, aunque en menor número, de delitos sexuales. Entre ellos hay desde imputados que siguen en libertad pendientes de juicio a condenados que cumplen la pena en pisos tutelados, en prisión o en psiquiátricos penitenciarios.

Refrenar impulsos con la terapia

Uno de los casos de delincuentes minusválidos psíquicos que trata la asociación Feaps es el de un joven de 21 años pendiente de juicio por un presunto delito de abusos sexuales. 'El primer paso ha sido derivarle a nuestros abogados y a la sexóloga. Le estamos buscando también un centro ocupacional porque en el trabajo se desenvuelve bien. El objetivo es ver si con la terapia sexológica consigue aprender a refrenar sus impulsos para poder proponerle al juez medidas alternativas, como el ingreso en uno de nuestros pisos tutelados', explica la responsable de atención social en Feaps Madrid, Asunción Domingo. 'Para los casos más duros, quizá la solución sea el ingreso en un centro psiquiátrico penitenciario, pero siempre con apoyo psicosocial que favorezca la reinserción', apostilla. Feaps también está atendiendo a un joven de Villaverde que ya ha cumplido condena en el centro de Fontcalent por abuso sexual a una menor. Se pretende facilitar su reinserción y evitar que reincida, y para ello se ha propuesto su ingreso en un piso tutelado, aunque hay problemas con la familia, de entorno marginal. Otro de los casos es el de un disminuido psíquico madrileño internado en Fontcalent por violación. El equipo del programa le presta apoyo psicosocial para su rehabilitación y ha solicitado las pruebas del ADN que en su momento no se le hicieron. Por último, a un joven de 26 años que pasó ocho meses en prisión preventiva por abusos sexuales, se le ha derivado a terapia mientras mantiene su trabajo. La alternativa la decidió el juez tras los informes psicológicos presentados por su familia.

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