El Islam en la universidad
La Asociación de Estudiantes Musulmanes intensifica su acción social tras los atentados
'No pretendemos formar un reducto, sino dar a conocer nuestra forma de vida, porque el conocimiento es la mejor arma para combatir tiranteces y fanatismos', sostiene Empar Albiach, vicepresidenta de la Asociación de Estudiantes Musulmanes de la Universidad de Valencia.
A sus 31 años, esta valenciana de grandes ojos verdes y pelo cubierto con velo, estudia tercero de Medicina en la universidad donde hace años cursó Enfermería. Atrás dejó su ateísmo inicial, para seguir ahora el camino del Islam. Conserva su nombre por costumbre: intentar que todo el mundo le llamara Mariam, sería complicado. Su atuendo y compromiso la delatan: 'Cuando se habla del Islam, se piensa en un hombre machista en torno a cuya órbita gira una siempre sumisa mujer. Es la visión que se tiene desde Occidente. Las mujeres integramos el 60% de la asociación. Somos indispensables para que funcione. Me doy cuenta de que el sexo femenino es el más trabajador. En todo el mundo, la mujer parece presa de una explotación consciente, fruto de su evolución y la búsqueda del hueco en la sociedad', explica rotunda Albiach, analizando una plataforma integrada -en su primer año de vida- por treinta alumnos, en su mayoría de la Universidad de Valencia, aunque empiezan a implicarse musulmanes de la Politécnica. Todos unidos por la una misma religión y un crisol de nacionalidades: europeos, sirios, palestinos y magrebíes, entre otros.
Empar Albiach: 'Las mujeres integramos el 60% de la asociación y somos indispensables para que todo funcione'
Plataformas que en universidades estadounidenses y asiáticas se consumaron en la década de los setenta, 'aunque en España es un fenómeno bastante reciente'. La pionera fue la Autónoma de Madrid, por iniciativa del estudiante Sarhan Faget. La Universidad de Valencia siguió la estela de aquélla, a través del marido de Empar, el sirio Movayad Alkiblawi. Ahora Jalal Hamdan es el presidente de la asociación. 'Los musulmanes tenemos que renunciar a la práctica de nuestros hábitos en la universidad. Generalmente, no se nos respetan los ayunos cuando estamos haciendo prácticas y no podemos hacer salat (las cinco oraciones obligatorias a lo largo del día), por lo que cuando acabamos la jornada, tenemos la obligación de apañarnos en casa', contesta Albiach aduciendo que no son peticiones utópicas: 'No solicitamos una gran sala en la que se ponga oratorio islámico, nos basta con una pequeña estancia con alfombra por cada campus y en los servicios podríamos realizar las abluciones. Son cinco minutos por oración. Cuando lo solicité al consejero de Bienestar Social me dijo que era imposible porque este gobierno es laico'.
La masacre del 11 de septiembre ha tenido efectos negativos para este colectivo: 'En principio pensamos anular todos los actos previstos en la Semana de Bienvenida por miedo a las represalias, pero el Vicerrectorado de Estudiantes y el Centro de Ayuda y Dinamización del Estudiante (CADE) nos alentó en todo momento. No obstante, hemos percibido que facultades que el año pasado nos cedieron sus espacios han mostrado suspicacias. Lógicamente ningún director de centro nos lo ha negado expresamente porque sería incluso recurrible judicialmente, aunque han puesto muchos inconvenientes para dejarnos fuera', comenta la vicepresidenta reservando en el anonimato el nombre de los decanos. Según los musulmanes consultados, en la universidad el nivel cultural influye positivamente observándose un mayor respeto. En la Universidad de Valencia se impulsa la tolerancia a través de iniciativas como la Cátedra Tres Religiones; en la calle la incomprensión se evidencia. Albiach culpa a la ignorancia y no a la negligencia de la gente.
La asociación desconoce el número de musulmanes a los que dirigirse. No es un dato que la universidad recoja en las matrículas, sólo el 18% de los musulmanes vive en el mundo árabe, por lo que la procedencia no es un dato fiable para este sondeo. Sin embargo, Medicina, Farmacia e Informática son las titulaciones preferidas por los musulmanes. 'Me decía un profesor que hace años habría más de setecientos musulmanes en Medicina de Valencia. Ahora no hay tantos', comenta. 'En el caso de los palestinos el gran éxodo se produjo en los setenta. Ya hay muchas generaciones fuera, además de que Israel dificulta las peticiones de visados al exterior y cierra universidades. Los palestinos solían ser el mayor colectivo cultural de los países árabes; han cambiado las cosas y el gobierno de Sharon ataca frontalmente el saber'. La Semana de Bienvenida de la Universidad de Valencia se dedicó a Palestina, una charla y una exposición para retratar el asedio de un pueblo que propugna desde hace décadas su Estado. En la Universidad Politécnica de Valencia, ENTESA organizó una charla bajo la misma temática y la asociación Tirant lo Blanc analizó la situación de la comunidad islámica tras los atentados estadounidenses. 'Ojalá y en las sucesivas semanas culturales sólo tengamos que hablar de los trajes, cultura y gastronomía típicas de los países árabes. Ello significaría que los conflictos han acabado', concluye esperanzada Empar al salir de clase, mientras busca las llaves de su coche para dirigirse al Hospital de Villareal, donde ejerce de matrona.
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