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Recetas urgentes contra la crisis

Estados Unidos, Francia y otros países europeos introducen medidas de estímulo para amortiguar la recesión económica. España, por el contrario, mantiene las previsiones anteriores al 11 de septiembre

Las economías mundiales ya habían dado suficientes pruebas, antes del 11 de septiembre, de que entraban en una fase de enfriamiento, incluso ya se hablaba abiertamente de que estábamos ante una recesión en toda regla. Los atentados de las Torres Gemelas y del Pentágono, sin embargo, han acelerado ese proceso de una manera inesperada e incontrolada. La economía de Estados Unidos cayó un 0,4% en el tercer trimestre, el mayor descenso sufrido desde 1991, mientras que la tasa de paro subía al 5,4% en octubre, situándose a niveles desconocidos desde cinco años atrás. Las señales son claras: la primera potencia económica mundial se encamina a una recesión que probablemente contagiará al resto del planeta.

En estos momentos de crisis, el presidente George W. Bush ha aprobado una serie de inyecciones presupuestarias -40.000 millones de dólares para ayudas de emergencia, 15.000 millones para las aerolíneas y otros 75.000-100.000 millones para estimular la economía- y evitar así la hecatombe. Francia ha seguido el ejemplo estadounidense y ha multiplicado las medidas para ayudar a los sectores más afectados, especialmente a las compañías aéreas y a las de telecomunicaciones.

Alemania mantiene su confianza en la 'consolidación presupuestaria', pero el canciller Schröder sugiere que en el Presupuesto para el año 2002 podrán adoptarse medidas de estímulo a la economía y a partir del jueves se revisarán las estimaciones de ingresos fiscales.

Los respònsables de la política económica española han negado hasta ahora a revisar sus previsiones económicas, calculadas antes de los ataques terroristas.

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