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Reportaje:

'Los presentes'

La compositora Matilde Salvador y la FUE republicana reciben la medalla de la Universidad de Valencia

'Quedamos pocos supervivientes de la FUE [Federació Universitària Escolar] y dentro de pocos años habremos desaparecido todos', relató Alejandra Soler, antes de hacer una última llamada al nutrido grupo de 'viejos' compañeros de viaje, académicos, estudiantes, políticos y representantes sindicales congregados ayer en la entrega de la medalla de la Universidad de Valencia a la federación estudiantil de la República y a la entrañable y luchadora compositora valenciana Matilde Salvador.

El mensaje, vino a decir Soler, es que los tiempos hoy no difieren tanto de aquel escenario universitario de contrarreforma que se vivió en 1931 y recuerdan -a través de la polémica reforma universitaria proyectada por el Gobierno Aznar, que se aprobó precisamente ayer sin consenso social y parlamentaria-, en los tiempo previos a la dictadura franquista que aceleró el desmembramiento de la FUE en la clandestinidad.

'No queremos, ni podemos ignorar la situación que está viviendo la Universidad española en estos momentos, ante la amenaza de la nueva Ley Orgánica de Universidades (LOU)'. La FUE, 'o lo que queda de ella', se solidarizaba ayer así con las movilizaciones actuales de profesores y estudiantes contra la ley del PP, igual, subrayó Soler, que 'lo hizo en tiempos de la reforma de Callejo, y se pronuncia por una Universidad pública, laica y autónoma'. Lo que el periodista y escritor Francesc Burguera, que hizo la laudatio, resumió como 'una lucha, en momentos difíciles, que no se ciñó sólo a la Universidad, si no también en lo referente a la sociedad, a la ciudadanía'. La intervención de Matilde Salvador, encarnación misma de la 'dignidad humana', sonó a contemporaneidad en un acto más que emotivo, lleno de vitalidad y entrega a la cultura valenciana y la lengua propia. 'Estime el meu país', dijo antes de sentarse al piano y recuperar, con sendas composiciones suyas, el verbo de Burguera y de Joan Fuster como un homenaje añadido a 'la nostra autèntica vía valenciana' representada en la 'institución' misma de la Universidad de Valencia.

Para todos ellos, para quienes 'la lengua es algo más que una simple unidad administrativa, o el recurso folclórico de quien ha olvidado las auténticas raíces de una nación', Matilde Salvador interpretó al piano L'amor sommiat, de Burguera, y Idioma de l'absència, de Fuster.

Nadie dudó entonces de que la compositora Matilde Salvador y los miembros de la FUE no son sólo motivo de 'un homenaje movido por el recuerdo de sus méritos', como quiso aclarar el rector, Pedro Ruiz. Ambas medallas, concedidas por la junta de gobierno 'con carácter extraordinario' casi al final de la conmemoración de los cinco siglos de la fundación de la primera universidad valenciana, tienen mucho que ver con su actualidad, con su vocación de 'contemporáneos', porque nos recuerdan que 'la reforma universitaria actual no camina en el sentido de la modernidad y el progreso', explicó Ruiz.

Ellos son, pues, los presentes, en el más puro sentido arreoliano que dio nombre a la primerísima colección mexicana impulsada por el escritor Juan José Arreola, en plena ebullición del exilio republicano español, que sembró la semilla de los que hoy son considerados los grandes nombres de las letras mexicanas con Carlos Fuentes a la cabeza.

La compositora Matilde Salvador, ayer, en el Paraninfo de La Nave de la Universidad de Valencia.
La compositora Matilde Salvador, ayer, en el Paraninfo de La Nave de la Universidad de Valencia.TANIA CASTRO

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