UN ALIVIO PARA LOS NEOYORQUINOS
Björn Ulvaeus y Benny Andersson, los dos fundadores, junto con Agnetha Fältskog y Frida Lyngstad, del mundialmente famoso conjunto ABBA, presentaron días pasados en Broadway, en el teatro Winter Garden, su musical Mamma Mia, luego de haber cosechado enorme éxito en Londres y Toronto, Canadá. Se trata de un espectáculo en el que los dos músicos evidencian que el paso del tiempo, lejos de disminuir su talento, parece haberlo enriquecido. Ya antes del estreno se habían vendido billetes por valor de 270 millones de coronas, lo que evidencia el interés suscitado. Pero, al margen del aspecto estrictamente artístico, la crítica neoyorquina destaca que esta obra llegó como un alivio para los deprimidos habitantes de la ciudad, que procuran retornar a la normalidad tras el trauma sufrido por la agresión terrorista del 11-S y las secuelas posteriores. Aun los críticos menos entusiastas señalan esta circunstancia. El musical, que lleva el nombre de una de las canciones más famosas de ABBA, ha servido también para impulsar un nuevo brote de la fiebre ABBA. De su álbum ABBA Gold se han vendido más de 20 millones de ejemplares.
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