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COYUNTURA NACIONAL
Columna
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Día mundial del ahorro

El próximo miércoles día 31 se celebra el Día Mundial del Ahorro. Con esta ocasión me parece oportuno dedicar esta columna a comentar el papel de esta variable económica, de capital importancia en el desarrollo de los países a largo plazo y también en la evolución de la economía a corto plazo.

El ahorro constituye la diferencia entre la renta disponible y el gasto en consumo. Si por un momento nos olvidamos de que existe el resto del mundo, la inversión o formación bruta de capital que realice un país será igual al ahorro que generen sus agentes económicos. Cualquiera, incluso con una escasa formación económica, podrá darse cuenta, entonces, de que a menor ahorro, menor inversión y de que a menor inversión, menor capacidad de producir bienes y servicios (rentas, en definitiva) y de crear empleo. En una visión de largo plazo, podemos afirmar, por tanto, que cuanto más ahorre un país, más capital acumulará, más aumentará su productividad y más rápidamente progresará.

Los desajustes de los flujos entre el ahorro y la inversión son los causantes de los ciclos económicos

La existencia del resto del mundo introduce un matiz importante: podemos invertir más de lo que ahorremos en el país, pero entonces tendremos que pedir prestado al exterior, es decir, endeudarnos. Es la situación que se produce cuando la llamada balanza de pagos por cuenta corriente frente al resto del mundo es deficitaria. Como sucede a nivel de cualquier empresa, endeudarse no es malo, siempre y cuando los beneficios que reporte esa inversión sean capaces de hacer frente a la devolución del préstamo y de los intereses. Pero si no es el caso, o si el país se endeuda, no ya para invertir, sino para financiar su consumo, la situación se hará insostenible y en algún momento habrá que ajustar los niveles de gasto. Vendrá la recesión económica.

Los desajustes entre los flujos de ahorro e inversión, cuando generan situaciones financieramente insostenibles, son los causantes de los ciclos económicos. En las fases de expansión, el gasto en consumo suele crecer por encima de la renta disponible, lo que implica que cae la tasa de ahorro, al tiempo que la inversión crece con fuerza. Como consecuencia, los agentes económicos se endeudan cada vez más, hasta que llega un momento en que ya nadie les presta o no pueden hacer frente a sus cargas financieras. Entonces, el gasto se contrae y sobreviene la etapa recesiva. La evolución del ahorro es un indicador de primer orden que nos adelanta los cambios de ciclo. Por ello decía antes que el ahorro es una variable importante tanto en consideraciones a largo plazo como a corto plazo.

Esto era válido para la vieja economía y lo es para la nueva. El error de muchos analistas económicos, a los que la actual recesión internacional les ha cogido por sorpresa, ha sido, en unos casos, pensar que estos sencillos principios ya no servían para la nueva economía y, en otros, olvidarse de ver la evolución del ahorro. A la vista de los gráficos adjuntos, que nos muestran el elevado déficit de la balanza de pagos y la evolución de la tasa de ahorro familiar, ¿a quién puede extrañarle que el crecimiento de la economía se haya debilitado?

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros Confederadas para la Investigación Económica y Social (Funcas).

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