Los reiterados errores en la proyección de las películas provocan numerosas quejas en el festival

La deficiente calidad de las proyecciones en los cines Lys ha sido el talón de Aquiles de la Mostra. Pese a los esfuerzos de la organización por subsanar los errores iniciales, el final del certamen estuvo marcado por dos incidentes que afectaron a su desarrollo. La película Salvajes, de Carlos Molinero, que competía en la sección de opera prima, se exhibió en todos sus pases con dos rollos cambiados y la sesión especial de estreno del pasado martes de I love you baby, de Alfonso Albacete y David Menkes, se interrumpió abruptamente durante más de 15 minutos ante la indignación de sus directores.

Después de presentar en sala la película, en compañía del director Carlos Molinero y la actriz Marisa Paredes, la productora y guionista de Salvajes, Lola Salvador, se quedó el pasado miércoles en la sala 3 de los cines Lys para visionar una vez más el filme en la sesión de las ocho de la tarde. A la hora y cuarto de proyección, se apercibió de que, en lugar del tercer rollo de película, se ofrecía al público el cuarto. Inmediatamente salió de la sala para detener la proyección.

Este incidente destapó que Salvajes se había exhibido con dos rollos cambiados en las cuatro ocasiones en que la había programado la Mostra. Al segundo rollo le había seguido el cuarto y, a continuación, el tercero, con lo que la película era incomprensible para el espectador. Esta circunstancia implicaba que el jurado de la sección opera prima había visto la película de manera defectuosa. 'Lo más grave', según Salvador, 'es que se me informó de que el jurado había visto la película en vídeo, y alguien tendría que avisarles de que las películas las tienen que ver en los cines'. Lola Salvador dijo también que su intención 'no es descalificar a la Mostra, pero este tipo de errores dan una imagen muy negativa del festival'

La dirección de los cines Lys atribuyó el error en la proyección de Salvajes a un problema de la distribuidora, que les hizo llegar los rollos en cajas cambiadas. Pero no ha sido éste un incidente aislado. Desde el comienzo del festival, el público asistente ha manifestado su malestar por la deficiente calidad de las proyecciones de los filmes, traducida en películas mal encuadradas, luces que se encienden a mitad de proyección o vídeos que se exhiben en un orden diferente al de su desarrollo argumental (ver EL PAÍS del sábado 20 de octubre).

DespidosPara solucionar estos problemas, la organización del festival se puso en contacto el pasado domingo con la dirección de los cines Lys y exigió el máximo rigor por parte de los responsables de las salas para que no se repitieran dichos desajustes. Igualmente, tomó la decisión de despedir a los dos auxiliares encargados de la proyección de los vídeos. La organización del certamen consideró que los dos auxiliares habían cometido varios errores en el control de las proyecciones en el área de vídeo y tomó la determinación de cesarlos, pero mantuvo en su puesto al jefe de sala, al no encontrar un sustituto de garantías. Aunque el tema de los vídeos pareció calmarse y sólo se detectaron desajustes provocados por la reproducción de cintas en un formato no compatible con los equipos dispuestos por la Mostra, los problemas en la proyección de filmes persistieron.

Perdida la batalla de una exhibición digna de los filmes 'por un problema de falta de tiempo, que ha impedido a los cines Lys adaptar sus equipos técnicos a las especiales circunstancias de los filmes de la Mostra', como reconocieron fuentes de la organización, los incidentes se reprodujeron el miércoles por la tarde cuando los directores Alfonso Albacete y David Menkes salieron al hall de los cines protestando por la interrupción de la proyección de I love you baby, el filme que presentaban en el festival en sesión especial dos días antes de su estreno comercial en toda España. Un nuevo problema técnico detuvo la exhibición del filme durante más de 15 minutos ante el asombro del público.

Al día siguiente, la providencial intervención de Lola Salvador sacó a la luz el poco rigor y la improvisación de un certamen cuyo equipo directivo fue nombrado por el Ayuntamiento de Valencia cuatro meses antes de su comienzo con el propósito de relanzarlo internacionalmente. Pero, aunque la intención de sus responsables ha sido reforzar su vertiente cinematográfica, la premura de tiempo les ha hecho descuidar el pilar básico de todo festival de cine: el contacto con el espectador a través de la proyección de las películas.