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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Oportunidad perdida

La Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología, presidida por José María Aznar, se reunió el 19 de febrero pasado, sólo una semana después de que las revistas Nature y Science publicaran los borradores del genoma humano. Era un momento de efervescencia internacional sobre las enormes perspectivas que abría ese logro a la ciencia en general y a la medicina en particular. Francia acababa de anunciar un presupuesto extraordinario de 70.000 millones de pesetas adicionales para impulsar las investigaciones genómicas, y Alemania, 80.000 millones. España no podía ser menos. La nota que dio cuenta de la reunión reconoció que nuestro país había estado 'insuficientemente representado' en la primera fase de la investigación del genoma, pero no debía dejar pasar las oportunidades de la segunda fase. Por ello, la comisión acordó invertir durante el año 2001 un total de 8.000 millones de pesetas para promover la investigación en genómica (el estudio de los genes) y proteómica (el de las proteínas), un esfuerzo que se iba a mantener durante dos años más, hasta completar 26.000 millones en el periodo 2001-2003. Para canalizar esa inversión, la comisión decidió igualmente crear de modo 'inmediato' la Fundación para la Investigación del Genoma Humano.

Esta decisión causó un notable impacto entre los investigadores que se mueven en el área, entre los que creció el optimismo cuando bastantes de ellos fueron convocados al mes siguiente, por el Ministerio de Ciencia y Tecnología, a reuniones en las que se les anunció la puesta en marcha de una acción especial. El hecho de que se calificara de 'especial' les confirmó en la idea de que los 8.000 millones de pesetas anunciados se iban a sumar a las subvenciones corrientes ya previstas en el Presupuesto. Con bastante celeridad se nombró un gestor para dirigir la acción y preparar una convocatoria especial, que se anunció para junio.

Pero aquel impulso inicial se frenó, y a estas alturas de octubre, nueve meses después del anuncio, ni la fundación está creada ni la acción especial se ha concretado en convocatoria alguna. La ministra de Ciencia y Tecnología, Anna Birulés, replicó ayer a las informaciones de este diario afirmando que 'no hay ningún retraso' en la creación de la fundación, y agregó con rotundidad: 'Dije que estaría antes de final de año y estará antes de final de año'. Al mismo tiempo, desde su mismo ministerio se apunta que la convocatoria especial, que se publicará 'en los próximos días', no alcanzará ni de lejos aquellos 8.000 millones anunciados. Esta convocatoria será para redes y equipamientos y se suma a las convocatorias ordinarias de enero, para proyectos, y abril, del programa Profit, en las que ya se ha dedicado dinero a genómica y proteómica.

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En definitiva, la creación de la fundación ha pasado de 'inmediata' a 'antes de final de año', y los 8.000 millones aún no se sabe si serán tales. Todo ello a pesar de que no debíamos 'dejar pasar las oportunidades' de la investigación genómica. Cero patatero, como le gusta decir a Aznar.

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