Estudiantes abre la puerta grande

De los tercios en los que se divide la lidia de un toro a los cuartos de un partido de un baloncesto. De un buen pase con la muleta de cualquier figura a un buen pase de Nacho Azofra o de Gonzalo Martínez. La plaza de toros de Vistalegre, en el madrileño barrio de Carabanchel, nunca había tenido un cartel con unos diestros tan altos. Después del terrible incendio que el pasado mes de junio destruyó el Palacio de los Deportes, donde disputaba sus encuentros Estudiantes, la directiva del club tuvo que buscar deprisa y corriendo una nueva sede para disputar sus partidos. Se habló de un pabellón en el recinto de IFEMA, que se descartó por su pequeño aforo. El segundo coso madrileño fue, a la postre, el lugar elegido para acoger los partidos de los toreros, el apodo con el que la Demencia conoce a los jugadores de su equipo.

El barrio de Carabanchel ha vivido con expectación la llegada del baloncesto y de Estudiantes. En los alrededores de la plaza, bares y establecimientos muestran carteles en los que se anima al vecindario a hacerse abonado: 'Este año nuestras gradas arderán (de pasión)'. Éste es el lema elegido por la directiva estudiantil para la campaña de captación de socios. Un juego de palabras de cierto tono macabro después de lo sucedido en el Palacio de los Deportes. Junto a la plaza de toros se reparten folletos a los transeúntes, que señalan que por 5.000 pesetas es posible presenciar los partidos de Liga y de la competición europea: 'Lo que faltaba; como no tenemos fútbol, ahora encima baloncesto', replica una señora cuando recibe la información.

La respuesta ha sido masiva. En los tres partidos que ha disputado en la plaza casi se bate el récord de asistencia a un partido de ACB, establecido en 14.900 personas. Ningún equipo en Europa alcanza la cifra de socios de Estudiantes. 'Me ha sorprendido mucho la respuesta tanto dentro como fuera del barrio. En Carabanchel había hambre de tener algo y ese algo es Estudiantes. Ya se sienten aficionados de un equipo que está muy cerca de ellos', reconoce el entrenador de Estudiantes, Carlos Sainz de Aja. El capitán del equipo, Nacho Azofra, también se siente agradecido por la respuesta de la gente, aunque recuerda nostálgico los bares y comercios de los alrededores del Palacio de los Deportes. Han sido muchos años en el barrio de Salamanca.

Hay que fijar la mirada en la parte inferior de los burladeros para caer en la cuenta de que bajo el parqué, las lonas de plástico y los soportes metálicos, permanece escondido el albero. El camuflaje ha sido perfecto. 'Es un sitio muy agradable', afirma Azofra. La plaza tiene capacidad para 15.000 personas y las gradas están un poco más apartadas de la pista que en el Palacio. ¿Van a sentir menos la presión del público?: 'Ya se verá cuando las 15.000 personas que vengan a los partidos se pongan a gritar. Con el eco que tiene la plaza, va a parecer un infierno', advierte Felipe Reyes.

El sábado, frente al Joventut, Estudiantes logró su primera victoria en su nuevo hogar, que se ha hecho esperar demasiado tiempo. Fue la primera vez que, aunque de forma simbólica, la puerta grande se abrió para los nuevos toreros de Vistalegre.