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Crónica
Texto informativo con interpretación

El Barça gana con muchos apuros

El equipo azulgrana, tras una buena primera parte, acabó a expensas de un Bayer sin remate

Àngels Piñol

Cerrado atrás, acorralado y mirando el reloj. Hasta el portero Butt buscó el último remate. El Barça sufrió anoche como nunca en un partido vistoso y vibrante para derrotar al Bayer Leverkusen, que hizo un ejercicio de extraordinaria fuerza física para sellar su clasificación europea. Los azulgrana acabaron colgados del travesaño y regalando el balón pero tuvieron la fortuna defendiendo el marcador. Kluivert, tras una preciosa jugada de Saviola, y Luis Enrique, adelantaron por dos veces a los azulgrana pero los alemanes, gracias a un gol de Ramelow, estuvieron a un tris del empate. Todo el sufrimiento tuvo al final un premio: el Barça está muy cerca de acceder a la segunda liguilla europea, algo que se le resiste desde el último lustro. La grada, reconciliada con Rivaldo, recuperado de su última leve lesión, a quien llegó a corear, acabó suspirando aliviada y despidiendo al equipo con una ovación.

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Espoleado por la posibilidad de alcanzar casi ya la clasificación europea, el Barça quiso intimidar al Bayer desmintiendo a su técnico Klauss Toppmöller, que había apuntado que no jugaría Rivaldo, y alineando por segunda vez esta temporada al tridente formado por Saviola, Kluivert y el brasileño. La noche nació bien y pronto se despejaron los fantasmas porque la grada fue cómplice del equipo y aplaudió en cuanto pudo al zurdo, necesitado más que nunca de cariño. Mejor deshacer los malos entendidos. El guion salió perfecto: los alemanes presionaron por todo el campo y realizaron un pegajoso marcaje sobre los azulgrana. Basturk llegó a plantarse en el arranque en el área de Bonano pero entonces el Barça replicó con un gol muy temprano gestado por el tridente. Todo fue rapidisimo: Rivaldo sacó una falta cometida sobre él mismo y metió un pase perfecto a Saviola, que aún lo hizo mejor. El pibito se plantó al borde del área y arrastró con él a Neuville y Schneider. Ninguno de los dos vio el pasillo que quedó entre ellos y por el que se coló el balón para que Kluivert, llegando desde atrás con furia, lanzara un chut raso batiendo a Butt.

El gran gol, que respondió a las buenas vibraciones de la grada, desarmó la estrategia de contención del Bayer, que tuvo que lanzarse al ataque a costa de dejar espacios atrás. Por ahí, Kluivert, Saviola y Rivaldo, muy vigilado, se movieron con inteligencia abriendo el campo. Esta vez no hubo embudo porque no se reunieron todos por el centro. Gracias a esa colocación Saviola estuvo a un palmo de marcar el segundo. El Bayer apenas dio señales de vida salvo las escapadas por la banda derecha de Neuville. Pero la fortuna se alió entonces con los alemanes: Neuville botó un corner, Ballack peinó el balón y Ramelow, aprovechando un despiste de la zaga, marcó a un palmo de puerta.

El empate cayó como un jarro de agua fría. Pero el Barça reaccionó a la velocidad de la luz. Rivaldo pasó el balón a Saviola y el árbitro italiano Colina influyó decisivamente al desautorizar a su línier que había visto fuera de juego del argentino. El pibito acabó por los suelos en la frontal del área y por ahí nació el segundo. Xavi sacó la falta, Kluivert intentó cabecear, la pelota quedó suelta sin que Saviola pudiera tocarla hasta que Luis Enrique, llegando desde atrás, deshizo el enredo empujando el balón hasta la red. Pero el partido, muy vibrante, era de ida y vuelta y el Bayer no se quedó de brazos cruzados. Bonano estuvo providencial salvando el empate con dos paradas consecutivas ante chuts de Ballack y de Ze Roberto. Fue el primer aviso de que el Bayer seguía vivo.

Pero el Barça, tras el descanso, que fue dirigido por Gerard, cumplió a rajatabla la película de los últimos años: siguió miope ante puerta, desperdició una doble ocasión de Luis Enrique y Saviola y luego otra de Rivaldo mientras que el Bayer se creció. El equipo de Toppmöller hizo una exhibición de potencia física y acorraló a los azulgrana, que regalaron el balón. Schneider tuvo un par de buenas ocasiones, Kirsten falló un remate como no suele hacerlo, Brdaric, que salió como refresco, envió otro lanzamiento ajustado al palo. Los alemanes tuvieron un pie en el cuello del Barça, que acabó sin tridente (sólo siguió Kluivert en el césped) se quedaron a las puertas del empate y sufrieron la primera derrota en quince encuentros.

Rivaldo chuta pese a la oposición de Ramalow.
Rivaldo chuta pese a la oposición de Ramalow.VICENS GIMÉNEZ

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