CNI
El Gobierno del PP no ha encontrado ningún nombre mejor para su nuevo servicio de inteligencia que el de Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
Con un nombre muy similar y con unas siglas idénticas, la dictadura de Augusto Pinochet creó en agosto de 1977 la Central Nacional de Informaciones (CNI). Ésta CNI, sucesora de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), hizo de la tortura y el asesinato político sus armas más contundentes en una labor de represión que duró legalmente hasta febrero de 1990.
Los nombres de las personas e instituciones no son irrelevantes. Siempre dicen algo de quien los puso. Una madre elige con cuidado qué nombre pondrá a su hijo y jamás se le pasa por la mente optar por Caín, Bruto o Barrabás. Son nombres malditos. De la misma manera, ningún gobierno con un mínimo de sensibilidad pondría, por ejemplo, SS a un servicio de seguridad o Gestapo a su policía secreta. Debo suponer que la falta de originalidad del comité creativo del Gobierno, y su absoluta ignorancia sobre organizaciones que han violado sistemáticamente los derechos humanos, son las culpables de esta desafortunada coincidencia de siglas. Lamentable.
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