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Kroke lleva al San Juan los aires judíos de la música 'klezmer'

El grupo prepara un álbum con el violinista Nigel Kennedy

Tres hábiles instrumentistas del Conservatorio de Cracovia sumaron sus fuerzas en 1992 bajo el nombre artístico de Kroke, el nombre en yiddish de aquella ciudad polaca. Nueve años después, Kroke es acaso la formación más representativa de la música klezmer, el sonido que los emigrantes judíos desarrollaron por todo el Este europeo durante el siglo XIX y exportaron una centuria más tarde a lo largo y ancho de Norteamérica. El colegio mayor San Juan Evangelista acoge esta noche su música.

Dice un viejo proverbio judío: 'Una boda sin klezmer es incluso peor que un funeral sin lágrimas'. Tomasz Kuburba (violín y viola), Jerzy Bawol (acordeón) y Tomasz Lato (contrabajo) trascienden el significado de esta tradición: ellos pueden tocar a una velocidad endiablada, pero su acercamiento a las raíces se ha enriquecido con elementos clásicos y jazzísticos. 'Para nosotros lo más importante, incluso por encima de las melodías, es el espíritu', explica Kukurba. 'Nuestra aproximación al klezmer es contemporánea y está repleta de sentimientos. Dentro del género, no somos los que mejor encajamos en bodas y demás fiestas...'.

Tres álbumes en estudio (Trio, Eden y The sounds of the vanishing world), junto al directo Live at the Pit, han bastado a Kroke para conseguir una fiel nómina de seguidores. El más llamativo de ellos, quizás, es otro judío ilustre, el cineasta Steven Spielberg, que el año pasado los mencionó como la mejor banda que había oído nunca. 'A nosotros también nos encanta la dimensión técnica, moral y humorística en el cine de Spielberg', confiesa Kukurba, 'y somos de los que pensamos que La lista de Schindler, por los valores históricos, sigue siendo su mejor película'.

Pero hay más admiradores de envergadura. Tras el colosal Los sonidos del mundo que se desvanece, de 1999, el trío polaco trabaja ya en un nuevo disco propio y en un sorprendente proyecto a medias con el aclamado violinista británico Nigel Kennedy. 'Compartiremos piezas de ambos repertorios. Es un proyecto excitante', adelanta Tomasz Kuburba. Kennedy ya sorprendió hace un par de temporadas con The Hendrix experience, una colección de personalísimas lecturas sobre los clásicos de Jimi Hendrix.

La magnífica evolución de Kroke contrasta con el panorama de las músicas tradicionales en Polonia, con casi nula presencia internacional. 'El país está muy concentrado en los cambios económicos', apunta Kuburba, 'y hay poco tiempo para otras cuestiones. Las músicas más o menos complejas, como el folk o el jazz, siempre necesitan algún tipo de respaldo institucional que ahora mismo no existe en Polonia. En consecuencia, el momento no es el mejor...'.

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