India lanza un duro ataque contra Cachemira tras 10 meses de calma
El viaje de Colin Powell a Pakistán e India se ha complicado sin duda con el ataque indio de anoche sobre posiciones paquistaníes en la Línea de Control que les separa en Cachemira, la región que ambos países se disputan desde hace medio siglo. La acción acaba con diez meses de tranquilidad en disputada frontera. Cachemira ha provocado dos de las tres guerras libradas por esas potencias nucleares.
'Hemos iniciado una operación de castigo; es el resultado de una decisión pensada', declaró el general de brigada P. C. Das, responsable del XVI cuerpo del Ejército indio. 'Esto es parte del enfoque activo que hemos adoptado', concluyó. Según el oficial, su artillería destruyó una docena de puestos de vigilancia paquistaníes en las áreas fronterizas de Akhnoor y Mendar. Los paquistaníes respondieron al ataque que se prolongó durante cerca de dos horas.
Ahmed Qureshi, portavoz del presidente paquistaní Musharraf, condenó la agresión y pidió a India que cese 'el terrorismo de Estado'. 'Una mujer resultó muerta y otros 25 civiles heridos cuando los indios iniciaron un ataque injustificado y que no fue provocado en dos sectores', explicó Qureshi.
Ayer, horas antes de la llegada de Colin Powell a Islamabad, el Gobierno de Nueva Delhi había asegurado que no veía la necesidad de que Washington mediara en sus relaciones con Pakistán. Su ministro de Exteriores, Nirupama Rao, dijo que no discutirían nada relacionado con sus relaciones bilaterales con Islamabad con ninguna tercera parte.
La visita de Powell pretendía, entre otros objetivos, rebajar las tensiones entre ambos vecinos en un momento en que Estados Unidos necesita concentrarse en Afganistán. La temperatura subió muchos grados a raíz del atentado de Srinagar del pasado día 2 en el que murieron 40 personas.
India, deseosa de que la guerra contra el terrorismo incluya Cachemira, había amenazado con bombardear a los responsables de esa acción dentro de la parte de esta región bajo control de los paquistaníes.
India acusa a Pakistán de entrenar y financiar a los militantes islamistas que están detrás de los atentados en su parte de Cachemira. Islamabad niega este extremo e insiste en el apoyo es meramente moral. Estos grupos insurgentes empezaron a luchar contra la presencia india en 1989. Desde entonces, esta guerra soterrada se ha cobrado al menos 30.000 víctimas.
Musharraf y el primer ministro indio, Atal Bihari Vaj-payee, se reunieron en julio en Nueva Delhi en un intento por desbloquear las relaciones entre sus dos países, pero la cuestión de Cachemira bloqueó cualquier avance.
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