El Valladolid fulmina al Athletic
Ejercicio de puntería del cuadro pucelano ante un rival que toca fondo
Leyes del fútbol. Primera: si perdonas, pierdes. No era el caso en San Mamés. El Athletic huía de la portería rival y el Valladolid tiraba desde lejos. Es decir, fútbol tonto, por descosido, timorato, especulativo, plano.
Segunda: si regalas, pierdes. He ahí al Athletic en todo su esplendor. El Valladolid no necesitó imaginar ninguna jugada para marcar dos goles en la primera parte. Movió el balón, se lo echó al atacante más adelantado y Tote, como la defensa rojiblanca tiende a abrirse, nunca a juntarse, empujó el balón a la red más por obligación que por vocación. Si me la das, la empujo. Si no, ni voy. Pero tuvo motivos para ir. Sobre todo, Tote, que jugó el partido más feliz de su vida. Tres goles basados en estar a la espalda del contrario, algo que en el Athletic tiene mucho resultado y poco mérito. Tote, de aquí para allá, sin virguerías, desacreditó a la defensa del Athletic y la puso más en duda que nunca.
ATHLETIC 1| VALLADOLID 4
Athletic: Lafuente; Larrainzar (Ezquerro, m. 75), Lacruz, Carlos García, Larrazabal; Urrutia, Óscar Vales (Alkiza, m. 46); Joseba Etxeberria, Guerrero (Tiko, m. 46), Javi González; y Urzaiz. Valladolid: Ricardo; Torres Gómez, Ricchetti, Santamaría, Tena (Caminero, m. 88) , Marcos; Óscar, (Fernando Sales, m. 59), Jesús, Eusebio (Txema, m. 68); Tote y Cuauhtemoc. Goles: 0-1. M. 36. Tote aprovecha un despeje fallido de Larrazabal en el área pequeña para batir a Lafuente. 0-2. M. 43. Tote aprovecha otro error de la defensa rojiblanca para marcar. 1-2. M. 55. Urzaiz, libre de marcaje. 1-3. M. 71. Cuauhtemoc, desde fuera del área. 1-4. M. 76. Tote aprovecha un despiste de la defensa para batir a Lafuente. Árbitro: Megía Dávila. Amonestó a Larrainzar, Guerrero, Óscar Vales, Lacruz, Etxeberria, Tena, Jesús y Óscar. Unos 35.000 espectadores en San Mamés.
Tercera ley, a investigar: en qué medida el carácter mortecino del partido influye en el árbitro, que se deja ir, se gusta y disfruta del silbato, o, por el contrario, es inerme a cualquier factor ambiental y todo le sale del alma, como si tal cosa.
El Athletic fue malo; el Valladolid, aprovechón -aunque Cuauhtemoc marcó un gol de vídeoteca-, y el árbitro, injusto, es decir malo. Resumen fatal de un partido lleno de goles, excesivo, vociferante en el que cuesta destacar a alguien, que no sea Tote por puro efecto de su hat trick. El ex madridista no hizo un partido sublime, pero mostró pegada: si se la das al pie, la enchufa. Buen balance.
Lo cierto es que el Valladolid pareció un equipo normal que juega con sentido común, sin más, y aprovecha cuanto le dan. El Athletic emitió malas señales. Huele a cadáver: sin alma, corazón ni inteligencia. Ante el Valladolid tocó fondo, sobre todo en la defensa. Cuando juegas poco y mal, cada regalo es una condena y la defensa del Athletic tiende a la desorganización a las primeras de cambio.
Urge una revolución en el Athletic. Las vacas sagradas han tocado fondo: Joseba Etxeberria, Carlos García, Guerrero, Larrainzar, Larrazabal, entre otros, han tocado fondo. Necesitan un aliento en el cogote. Cuando un equipo, sin hacer un gran partido, te hace cuatro goles es que la estructura falla, que el edificio se cae, que está enfermo. Y lo aprovechó el Valladolid apelando únicamente al sentido común. No es poca cosa para ganar, aunque sea poca cosa que ver.
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