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El atentado de Madrid iba dirigido contra el desfile de la Fiesta Nacional

El coche bomba estuvo varias horas mal aparcado sin ser detectado por la policía

El comando Madrid de ETA quiso reventar el viernes por la mañana los actos centrales de la Fiesta Nacional del 12 de octubre, que se celebraban en el Paseo de la Castellana de Madrid. Para ello colocó antes de las once de la mañana un coche bomba en la calle de Alcántara para hacerlo estallar cinco minutos antes del mediodía, cuando los Reyes, el Gobierno y los máximos representantes del Estado rendían homenaje a los caídos, en la plaza de Colón, a 1.500 metros en línea recta de la salida de la calle de Alcántara a la de Alcalá.

Un terrorista en nombre de ETA telefoneó desde un móvil a los bomberos a las once y cuarto de la mañana para alertar de la colocación del vehículo, del que sólo dijo que estaba en Alcántara, junto a uno de los dos edificios que tiene Telefónica en esa calle.

La policía acordonó la zona, evacuó a los viandantes y revisó cada coche con perros adiestrados en localizar explosivos. No hallaron nada. Pero una cámara del edificio de Telefónica, cuyo garaje fue bloqueado por el turismo, grabó cómo los perros olfateaban el Ford Fiesta (robado el 17 de agosto en Fuenlabrada) cargado con 30 kilos de dinamita y pasaban de largo. Los responsables policiales creen que ETA recubrió la bomba con una sustancia que evitó su detección por los perros.

La grúa se llevó el coche a las 20.00 horas y lo trasladó al aparcamiento subterráneo de Colón. Allí estalló a las 23.55, doce horas después de lo previsto. Una de las sospechas es que los terroristas no se fijaran al activar el temporizador si la hora para explosionar el vehículo era AM o PM.

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